Uno de los monasterios ortodoxos más bellos de Kosovo-Metojija- y, en realidad, del mundo- está en Dečani, que en español se pronuncia “Dechani” Su construcción comenzó en 1327, siendo rey de Serbia Stephan Uroš III. Por la grandeza de su empeño y la majestad de su obra, se ganó el sobrenombre de Dečanski, “el de Dečani”. Su hijo, Stephan Dusan, continuó su obra y la terminó en 1335. El arquitecto fue un franciscano de Kótor, en la costa de Montenegro. Se llamaba Fray Vita. Los frescos que decoran sus muros son de un colorido y una luminosidad admirables. La colección de iconos que pintó Longinos en la segunda mitad del siglo XVI rivaliza con la belleza de los manuscritos que atesora su biblioteca. Las reliquias que alberga Dečani han enriquecido la vida espiritual del monasterio durante siglos.
Este testimonio de la vida cristiana en Kosovo ha resistido hasta ahora todos los avatares de la historia. Ha sobrevivido a las guerras y la ocupación otomana. Ha logrado atravesar batallas, ofensivas, avances y retiradas de ejércitos a lo largo de dos guerras mundiales. Sus muros contemplaron los 78 días de bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia, las acciones terroristas del Ejército de Liberación de Kosovo y los sucesivos ataques contra los serbios que se vienen produciendo en la provincia desde el comienzo de la misión de paz de Naciones Unidas en 1999. Desde 2006, Dečani está en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro de la UNESCO. El terrorismo que vienen sufriendo los serbios amenaza todo testimonio de su presencia en Kosovo y Metohija. Al igual que otros monasterios, iglesias y cementerios, este ha sufrido ataques, actos de vandalismo y amenazas. Hace algo más de un año, en sus muros aparecieron pintadas a favor del Ejército de Liberación de Kosovo y el Estado Islámico en Irak y Siria (ISIS).
El último intento de atentado fue el pasado domingo 30 de enero. Cuatro islamistas armados fueron detenidos de noche en las inmediaciones del monasterio. En el vehículo que conducían había un Kalashnikov y una pistola, así como material de propaganda islamista. El portavoz de la policía de Kosovo lo consideró un caso de tenencia ilícita de armas detectado por las autoridades, que buscaron un lugar adecuado para realizar la detención. Sin embargo, los datos hacen dudar de esa valoración policial. Como ha señalado el archimandrita del monasterio, Sava Janjic, los islamistas no fueron interceptados cuando se dirigían al monasterio. Los detuvieron cuando ya habían llegado. Solo después aparecieron los policías, les pidieron los documentos y registraron el vehículo. Cuando más de 300 albaneses de Kosovo se han unido a las filas del ISIS, no debería descartarse tan a la ligera la posibilidad de un atentado yihadista. La prensa albanesa publicó los presuntos vínculos de dos de los detenidos con el ISIS. Uno de ellos había combatido en Siria. Cuando comparecieron ante el juez, los detenidos dijeron que pretendían acampar en las montañas. Les han impuesto un mes de arresto por tenencia ilícita de armas.
El hostigamiento contra los cristianos es parte de la estrategia de los yihadistas. La violencia cotidiana -física, verbal y simbólica- busca agotar a las comunidades de modo que los más jóvenes se marchen y los mayores se recluyan o los acompañen. En su libro “Desde el monte santo”, William Dalrymple describe cómo fue la destrucción de las comunidades cristianas en el Imperio Otomano. El genocidio de los cristianos no solo comprendió su exterminio físico sino la destrucción de todo resto de su presencia histórica en las tierras donde florecieron sus comunidades. Por ejemplo, al sureste de Kars, “en las fotografías de principios de siglo se ven cinco iglesias grandiosas. Después de las matanzas, la zona se cerró a los visitantes y no volvió a abrirse hasta la década de 1960. Cuando volvieron los expertos, solo quedaba en pie una iglesia, la rotonda de San Sergio (S. XI). Las otras cuatro habían sido reducidas a una o dos hiladas. Dos habían sido arrasadas y se habían retirado las piedras. Los campesinos hablaban de los guardias fronterizos que habían llegado con explosivos potentes”.
La expansión del islamismo en los Balcanes -por Macedonia, Bosnia, Albania, Serbia- va acompañado de la violencia contra los cristianos. Históricamente, el Islam en la región presumía de una moderación que las influencias extranjeras están asfixiando mientras acosan a los cristianos. He aquí lo que están sufriendo los serbios de Kosovo, cuyos cementerios son profanados y cuyos templos son violentados. Esto debería avergonzar a toda Europa. En este continente, los islamistas están diezmando física y moralmente a las comunidades cristianas de Kosovo ante la tibieza -si no la complicidad- de quienes deberían evitarlo y perseguirlo. A veces, parece de mal gusto recordar a esta minoría cristiana perseguida y hostigada en su propia tierra que anuncia el peligro que se cierne sobre Europa. Sin embargo, precisamente por eso, hay que hablar más de ello. Hay que romper este muro de silencio y falsa corrección que acalla el sufrimiento de decenas de miles de cristianos serbios.
Un comentario en “Este monasterio está amenazado (El DAESH toma Europa) – Ricardo Ruiz de la Serna”