La RAE prohíbe el «todos y todas»

La Real Academia Española cuestiona con contundencia e ironía el uso del “todos y todas”, abuso de lo políticamente correcto que prospera en varios países.

A la Real Academia Española (RAE) le llamó la atención el uso creciente de un latiguillo lingüístico en América latina: un artículo de la Constitución de Venezuela habla de “venezolanos y venezolanas”, la presidenta argentina Cristina Kirchner comienza siempre sus discursos dirigiéndose “a todos y a todas”. Por estos lados, el reelecto presidente Tabaré Vázquez y otras figuras políticas suelen iniciar sus alocuciones con un “uruguayas y uruguayos”.

Sin embargo, los hispanohablantes no están discriminando cuando usan el masculino para designar a hombres y mujeres: no necesitan modificar el uso de su idioma para huir del sexismo y tampoco están obligados a pasar al género femenino el nombre de algunas profesiones.

Titulado “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer”, un informe de la RAE critica las nuevas guías sobre lenguaje no sexista elaboradas en España por universidades, sindicatos o gobiernos regionales, que proponen, por ejemplo, usar palabras como “la ciudadanía” en lugar de “los ciudadanos” o “el profesorado” en lugar de “los profesores” para hablar de grupos compuestos por hombres y mujeres.

El autor del informe de la RAE, Ignacio Bosque, defiende que “el uso genérico del masculino para designar los dos sexos está muy asentado en el sistema gramatical” español y que no tiene sentido “forzar las estructuras lingüísticas”.

“No es preciso, desde luego, ser lexicógrafo para intuir que la niñez no equivale a los niños”, fustiga Bosque, según informa el periódico argentino La Nación.

Asimismo, “no parecen admitir estas guías que una profesional de la judicatura puede elegir entre ser juez o jueza”, critica el académico, considerando que las pautas propuestas por estas guías están únicamente pensadas para el lenguaje oficial.

La corriente “reformista” ya ha tenido varios ejemplos, además de los que brindan la Constitución venezolana y la presidenta Kirchner. El 15 de mayo del año pasado, la Puerta del Sol se vio desbordada por un movimiento de manifestantes que, para subrayar su conformación por mujeres indignadas y hombres indignados, se autodenominó “de l@s indignad@s”. Con el signo de arroba, para ser más inclusivos.

Pero la RAE decidió ponerle, si no freno, al menos un límite a un modo de expresarse que considera artificial y derivado de la exposición pública. En un detallado informe, cuestiona con contundencia e ironía una serie de nueve guías gramaticales destinadas a “evitar el sexismo en el lenguaje”, que fueron publicadas en los últimos 10 años en España.

En esas publicaciones, sus autores recomiendan a los lectores, entre otros consejos, que no apelen al uso genérico del masculino cuando se debe referir a los dos sexos al mismo tiempo. Así, por ejemplo, sugieren que se emplee “las personas becarias” en lugar de “todos los becarios” o, también, “las personas sin trabajo” para reemplazar a “parados”, en España.

Si bien Bosque reconoce la existencia de la “discriminación hacia la mujer” en la sociedad, su análisis concluye que con el uso y tendencias aconsejados en las guías “se extrae una conclusión incorrecta de varias premisas verdaderas”, entre las que admite el uso de “comportamientos verbales sexistas” en el idioma español. En las guías cuestionadas se suele llegar a “una conclusión injustificada que muchos hispanohablantes consideramos insostenible”, añade.

Esa “conclusión injustificada” hace suponer, explica Bosque, “que el léxico, la morfología y la sintaxis de nuestra lengua han de hacer explícita y sistemáticamente la relación entre género y sexo, de forma que serán automáticamente sexistas las manifestaciones verbales que no sigan tal directriz, ya que no garantizarían ‘la visibilidad de la mujer’”.

Bosque denunció así una suerte de “discriminación” a la inversa, que, del mismo modo que esta tendencia presuntamente promotora de la igualdad en el lenguaje, ve apuntalada por el “despotismo ético” de un sector de la sociedad. En este sentido, el académico alertó sobre una contradicción fundamental. “Si [como establecen las guías] el uso del masculino con valor genérico implica un trato lingüístico discriminatorio, ¿cómo han de reaccionar las mujeres que no perciben en él tal discriminación?”, plantea.

Luego de analizar las expresiones que habría que suprimir por recomendación de esos organismos -que en la mayoría de los casos no consultaron a lingüistas- Bosque teme por el empleo de expresiones “sexistas” como “los reyes”, “mis tíos” o “sus suegros”, donde no se contempla la “visibilidad” de la mujer.

Tras criticar y resaltar la nula practicidad del “desdoblamiento” genérico -como el citado “todos y todas”- para evitar la supuesta caída en el sexismo, así como el uso indebido del símbolo “@” para superponer el uso femenino de la “a” y el masculino de la “o”, el lingüista descartó la viabilidad de las recomendaciones de las guías.

“Si se aplicaran las directrices propuestas en estas guías en sus términos más estrictos, no se podría hablar”, señala.

Por último, Bosque observa que las propuestas reformistas “no están hechas” para ser adaptadas al lenguaje común, puesto que, según entiende el académico, “se supone que los cambios que se solicitan han de afectar únicamente al lenguaje oficial”. Es decir, al utilizado por quienes hablan delante de un micrófono o de una cámara y que, fuera de estas situaciones, se expresan “como todo el mundo”.

El informe de Bosque fue aprobado en forma unánime por los académicos, entre los que figuran Luis Goytisolo y Arturo Pérez-Reverte.

Origen: La RAE prohíbe el «todos y todas»

15 comentarios en “La RAE prohíbe el «todos y todas»

  1. Completamente de acuerdo con la RAE, empezamos con los listíllos/as de miembros y miembras y cada dia vamos mejorando, que pena que sobre todo en los circulos políticos, creo que se les debería exigir a esta gente un mínimo de preparación para tener acceso a cualquier puesto de relevancia porque son los que están dejando la nota gramatical por los suelos.
    Saludos
    Jose

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  2. El problema del sexismo fundamental del lenguaje, que utiliza el masculino para ambos géneros y el femenino solamente para la mujer, es actual en varios idiomas. En lengua escandinava (sueco) es de notar que la terminación «man» (que la conecta con el mascu-lino) está presente en muchos términos referentes a funciones o tareas y profesiones. Se distingue entre «profesor y profesora», por ejemplo, pero el presidente del parlamento se denomina «talman» (Herr Talman» och «Fru Talman», inleder parlamentledamöternas fram-föranden. Y muchos calificativos se componen también con el sufijo «man» (sea acerca de hombres o mujeres).
    Se está ridiculizando en estos momentos el uso de doble género en las alocuciones, olvidándose de que el comenzar un discurso con «Señoras y señores» es un hábito ancestral contra el que nadie había tenido crítica alguna.

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    1. Pues lo que mencionas es parcialmente cierto, tomando en cuenta que aquellas diferencias estén debidamente sustentadas en la gramática de cada idioma, lamentablemente el capricho de estas modificación que algunos califican como «micro-machismo» generan únicamente una tendencia desafortunada en que el uso correcto del lenguaje queda en un segundo plano frente a caprichos sin fundamentos y que aun de ponerse en práctica no generan ningún logro en la lucha real contra la discriminación

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  3. Lo que subyace detrás de doblar el lenguaje es el movimiento ultra feminista (que no feminista) la intención de la supremacia de un sexo sobre el otro,lo cual ha sido lo normal en cualquier colectivo sometido por otro, predecible como lo que somos.
    Las tornas van cambiando y exabruptos como este de lo políticamente correcto van a seguir callendo por todos los lados.
    España ha dedicado a la igualdad unos 26.000 millones de euros en 11 años más de la mitad de lo dedicado al agujero de bankia. Semejante lluvia de dinero produce guías sexistas de cojones (jijiji), de modificación de la lengua o de cualquier cosa que implique sexo.(pero no del bueno).
    Mi sensación es que mi madre fue en muchos ambitos vapuleada por nuestra sociedad y que ahora yo y mi hijo sufrimos la revancha con inquina por parte de extremistas, y el dejar hacer de todos nosotros que no ven extremistas por ningún lado sino victimas a cuidar.
    Han conseguido la desaparición de la presunción de inocencia para el hombre en casos de violencia de genero y lo que es más dificil ,con el voto a favor de todos los partidos politicos chapeau x ellas , pero como todo extremismo esto volverá a su cara contraria , si buscas equilibrio y lo logras , el agua queda plana y tranquila .
    Si lo que hacen es llevar todo el agua a un extremo antes o despues vuelve a caer,

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  4. En este mismo artículo hay un error: es «la presidente». Además de sexista, esta discriminación es machista en casos como «juez» o «presidente», pues otorga un matiz de excepcionalidad al hecho de referirse a una mujer; es aún más grave que el caso de masculinos que se usen en plural.

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    1. El cargo lleva esa designación? donde esta la discriminación?
      Lamentablemente se hace muy común ver machismo en cosas que ni lo son, en caprichos absurdos, en lugar de temas de discriminación reales

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  5. Como maestra de preescolar tuve la oportunidad de vivir el siguiente episodio: invité a los niños a salir al parque, un grupo mixto se levantó y salió al parque, un grupo de niñas no salió. Al preguntarles porqué no salieron con los otro niños manifestaron que ellas eran niñas.
    Desde ese día invité a las niñas y a los niños…y que cada quien se ubique donde se encuentre, con mucho respeto a todas y todos.

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    1. Lo correcto en ese caso era cultivarlos en el correcto uso del lenguaje y evitar que estos errores se diseminen, explicando la diferencia entre «los niños…» y «niños varones/mujeres..»

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  6. Bien por la RAE ; entre el invento del lenguaje no sexista y la cantidad de anglicismos que se están introduciendo, cada vez más frecuencia, vamos a terminar por acabar convirtiendo nuestro idioma en un argot

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  7. Lo curioso de esa polémica es que ya, desde un tiempo inmemorial, existía la costumbre de abrir un discurso al público diciendo «Señoras y señores», (costumbre establecida en cualquier idioma) sin suspicacia alguna. El «machismo lingüístico» arraigado en la terminología de todos los países (en algunos idiomas el término «man» (que denomina al
    «hombre») equivale al «se» español y figura como terminación en términos profesionales o de función social) está creando discusiones semánticas por doquier. El sexo es verdaderamente un problema 🙂

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