La coalición militar internacional para derrocar a Nicolás Maduro fue una posibilidad real a principios de año, justo cuando Juan Guaidó asumió como presidente encargado de Venezuela. En una alianza que apenas meses después luce improbable, Estados Unidos y los países cabeza de la Unión Europea estaban dispuestos a proceder contra el régimen venezolano. Pero hubo uno de ellos que dio al traste con la movida al no apoyarla: España.
Washington había conseguido que Berlín y París apoyaran militarmente a la Asamblea Nacional venezolana, nos confirman fuentes de alto nivel con acceso a la entonces cúpula de la Unión Europea. Dentro de una gran coalición internacional, la Casa Blanca sí habría estado dispuesta a encabezar la remoción por la fuerza de Maduro. A lo que se negaba, y se niega, rotundamente Trump es a que Estados Unidos haga todo el trabajo mientras los demás miran los toros desde la barrera y luego le recriminan el intervencionismo.
Con la presión de la posición de los gobiernos tanto de Francia como de Alemania, hasta la socialista italiana Federica Mogherini, entonces alta representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea y contraria a movidas extremas, habría aceptado la posibilidad de ese desenlace forzoso si Maduro bloqueaba una salida pacífica a la crisis venezolana. En ese momento, las cancillerías consideraban un punto de quiebre que el régimen chavista impidiera la entrada de la ayuda humanitaria pautada para finales de febrero, como en efecto ocurrió.
Maduro jugó con fuego al reprimir violentamente la entrada de los convoys cargados de alimentos y medicinas, pudiendo dar la excusa perfecta para una respuesta militar. Sin embargo, tuvo en Madrid a un aliado crucial para su permanencia en el poder.
¿»Remoción»? ¿Qué coño es ese anglicismo? Será la destitución o el derrocamiento. Y, por supuesto, lo que diga la cacademía de la lengua esa vendida el populismo cultural no cuenta.
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Nadie se equivoca en todo. Sería extremadamente improbable. En este caso, por más que siempre haya odiado, y por más que siempre odie el PSOE, han defendido la integridad y la soberanía de una parte de HIspanoamérica frente al gringo agresor. La derechita cobarde española lo es, sobre todo, frente al gringo.
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El que esta Web no este para eso para insultar, se hace muy cuesta arriba el definir con un insulto a este tipo de personajes, el diccionario de la RAE tiene muchos que les cuadran, sobre todo a los socialistas españoles.
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