EL Asesinato de Juanita Rico Hernández, socialista Y Detención y juicio de Alfonso Merry del Val
Apreciados amigos y camaradas, dos aclaraciones:
1ª por tener que repasar dos largas listas de “represaliados” que me han enviado, el final de la Horda en Balaguer, se retrasara una semana más o menos.
2º Hace unos días comente un error de un gran amigo y camarada en el escrito sobre el asesinato de Juanita Rico y quede que si mi editor me lo permitía, pondría el Tema XXIII como lo tengo yo escrito, me ha dado autorización con la condición de que anuncie mi tercer libro en el cual se encuentra con otros 23 más y siete Anexos: “La Violencia del 10 de mayo de 1931 a 16 de febrero de 1939” Número registral 2/2019/1064 que se publicara este verano, por lo cual y como es un tema bastante largo, lo publicare en dos partes
Tema XXIII ®
EL Asesinato de Juanita Rico Hernández, socialista
Y
Detención y juicio de Alfonso Merry del Val

10 de junio de 1934
“Falange. Historia del fascismo español” Stanley G. Payne año 1965 página 50
“José Antonio la biografía no autorizada” Cesar Vidal año 1996 página 118
“José Antonio P. R. Retrato de un visionario” J. Gil Pecharromán año 1996 página 280
Stanley G. Payne
“…cuando un grupo de jóvenes socialistas que regresaban de la excursión descendían de un autobús, en un barrio oscuro de Madrid, un coche ocupado por pistoleros falangistas los esperaba. Los pistoleros no estaban seguros de que los jóvenes del autobús tuvieran algo que ver con el asesinato anterior, pero esto carecía de importancia. El coche pasó lentamente junto al grupo de jóvenes que se hallaban en la acera, regándolos de balas. Un muchacho y su hermana resultaron muertos y otros cuatro socialistas heridos.
Mientras los pistoleros de la Falange actuaban, José Antonio asistía a un coktail en una casa en Chamartín…
Cesar Vidal
“Aquella misma tarde cuando un grupo de jóvenes socialistas descendía de un autocar al regreso de una excursión se encontró con varios falangistas que los estaban esperando en el interior de un auto y que abrieron fuego sobre ellos mientras se encontraban en la acera. Como resultado del atentado fueron muertos dos socialistas (una joven llamada Juanita Rico y su hermano) y cuatro resultaron heridos.
Los autores falangistas han intentado justificar el acto terrorista señalando que, cuando se produjo la muerte de Cuellar, Juanita Rico había orinado sobre el cadáver. La verdad es que la “Falange de la Sangre” – los grupos de pistoleros falangistas encargados de las acciones violentas – que ataco a los jóvenes socialistas ni siquiera tenían seguridad de que eran los mismos que se habían enfrentado con Cuellar y los otros aquel mismo día. En aquellos momentos, José Antonio estaba asistiendo a un cóctel en una mansión en Chamartín”
Julio Gil Pecharromán
“Al anochecer, varios de los excursionistas socialistas, ya de regreso, descendían de un autobús en la calle Eloy Gonzalo. Entre ellos se encontraba la modista Juanita Rico, de veinte años, a quien alguno de los falangistas que acompañaban a Cuellar acusaba de haberse ensañado con el cadáver, orinando incluso sobre él. Les seguía a poca distancia un automóvil de color gris en el que según los testigos, viajaban cinco hombres y una mujer. Desde su interior se hizo fuego graneado de pistola.”

Primero de todo una aclaración
Resulto muerta Juanita Rico Hernández, y heridos sus hermanos Ángel (que quedo inválido) y Lino, además resultaron heridas Juana Arroyo González y María Heredero.
Otra aclaración los que mataron a Cuellar pertenecían a las Juventudes Comunistas y los hermanos Ricos a las Juventudes Socialistas.

Historia y comentario
Juan Antonio Ansaldo Vejarano, ordeno la represión (1), se reúne con Manuel Groizar Montero (2) y Agustín Aznar Gerner (3), se toman las disposiciones oportunas y en la misma esquina de la calles Eloy Gonzalo y Cardenal Cisneros, se estaciona un coche esperando la llegada de los socialistas, que habían estado en el Pardo. En el interior del coche Juan Antonio Ansaldo Bejarano (4) y otros aguardan. (5) A las 20,15 horas, se acerca un grupo de socialista, y el coche da marcha atrás echándose sobre el grupo, dando lugar a que aquellos prorrumpieran en insultos contra el chofer y los ocupantes, desde el interior del coche se contesto con una descarga, de pistola normal, de pistola ametralladora, según otros.
Los proyectiles alcanzaron a Juanita Rico Hernández, soltera, de 20 años y profesión modista, con domicilio en calle Trafalgar número 35 1ª de Madrid, resulto herida con dos proyectiles de bala, según el parte médico “Herida penetrante de arma de fuego, sin orificio de salida en región lumbar derecha y otra en forma de sedal en lado izquierdo, muy grave”
Ángel Rico Hernández, hermano de la anterior de 25 años, herida por arma de fuego en “tercio medio muslo derecho de carácter grave”, soltero de oficio jornalero y mismo domicilio que su hermana
Lino Rico Hernández igualmente hermano de los anteriores, de 21 años, soltero, herida por arma de fuego en “región superior izquierda del tórax sin orificio de salida, otra en pierna izquierda y otra en el tercio medio” de carácter gravísimo.
María Jiménez Arroyo, de 16 años, soltera, hija de Julián y Juana, con domicilio en calle Trafalgar número 36, bajos izquierda con herida contusa por arma de fuego de carácter leve.
María Heredero, transeúnte que pasaba por casualidad por el lugar.
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Acto seguido el automóvil emprendió desenfrenada carrera. Era de color gris tipo moderno con capota de lona matricula 38 o 39.000.
Se encontraron en el lugar de los hechos siete casquillos del 7,65.
Fueron trasladados de primera intención a la Casa de Socorro, donde les atendieron los Doctores Crespi, Granados, Díaz Salazar, Núñez Juarros y Aroza y ayudante señor Muñoz. Ordenando el traslado de Luis Rico dadas la gravedad de las heridas, al Equipo Quirúrgico del Centro en donde fue atendido por el Doctor Valdovinos y su ayudante señor Lagunar.
Intervino el Juzgado de Guardia número 20, con el Juez Ismael Rodríguez Solano, oficial señor Alemany, alguacil señor Rubio y fiscal señor Robles. (6)
Notas:
- “José Antonio Biografía Apasionada” de Felipe Ximénez de Sandoval, 8ª edición pagina. 208. “Según Ramiro Fernández Cuesta “La orden la dio Juan Antonio Ansaldo, que fue quien me lo refirió, y decidieron tomar represalias…”
- “José Antonio ese…” pagina. 167 “Juan Antonio Ansaldo y Groizard, Jefes de las Milicias, se encargan de las represalias.”
- “La Rebelión de los…”pagina. 109 “Agustín Aznar alma de las Milicias madrileñas desde el asalto a “San Carlos” tomo las primeras disposiciones.”
- “Memorias políticas” de Eugenio Vegas Latapie, Editorial Planeta, 1ª Edición,pagina. 203: “… Salió él con algunos otros en un coche y abrieron fuego contra el primer grupo de “chiribis” que se encontraron.” (El propio Ansaldo dice el autor se lo confirmó)
- “La Rebelión de lo…” pagina. 109 “Protagonistas decisivos de aquella jornada fueron dos ejemplares camaradas del S.E.U., Guitarte y Aguilar” (Luis Aguilar Salgueiro)
“Mundo Obrero” “acuso gratuitamente a otro estudiante falangista Alberto Ruiz Gallardón.”
“Frente a Frente” 2ª Edición de José María Mancisidor, Editorial Almena pagina. 74. En el juicio a José Antonio uno de los jurados le pregunta: – Jurado – ¿Usted ignora los individuos que atentaron contra Juanita Rico? (Contesta) José Antonio: Los conozco. Conozco los que fueron facilitados por un confidente del periódico “Mundo Obrero”, como en todas partes hay traidores, pone unos nombres y esos nombres son distintos de los que publica “Mundo Obrero”. Esto es lo grave: Que “Mundo Obrero” encontró más periodístico y sensacional dar ciertos nombres.”
Como comentario añadiremos lo escrito por Giménez Caballero “Memorias de un dictador” Editorial Planeta, 1ª Edición, página 74 “… nos reunimos en la calle Marqués de Riscal, José Antonio; Julio Ruiz de Alda; Ledesma Ramos; Mateos; – un obrero que estaba con nosotros -, Merry del Val y alguien más que no recuerdo. Y sorteamos sobre una pistola que se puso en la mesa. Y al que le tocara debía salir a la calle y dispararla sobre el primer chiribi que encontrara. Por fortuna no me toco a mí. Entonces insinúe: “Pero, ¿Así en frió? ¿Cómo ellos sin combate alguno? Todos comprendieron y se desistió de las represalias.” El que esto escribe, Ernesto Giménez Caballero, poca actividad falangista tenia y sí notable afán de figurar y actuar por cuenta propia. Esto lo escribe en 1979, y la represalia existió por hombres de la milicia, de los cuales ninguno consta en esta reunión, exceptuando a Merry del Val.
- “El Sol” 12/6/34 página 1 “Diario de Barcelona” 11/6/34; “ABC” 12/6/34 páginas 5 y 18; “La Vanguardia” 12/6/34 página 23; “José Antonio Biografía…” pagina. 207; “La Rebelión de los…” página. 108; “Ahora”. – 12/6/34 pagina. 7 y “ABC” 12/6/34 pagina. 5 y 15.
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Detención de Alfonso Merry del Val y Azóla
El 12 de junio es detenido Alfonso Merry del Val (1), acusado de ser el propietario del auto empleado en el suceso de la calle Eloy González.
Se hizo un reconocimiento del vehículo y se observo el impacto de dos balazos cuyos disparos según parece fueron hechos desde el interior del vehículo, habiendo quedado una de las balas incrustada en la carrocería por tropezar con un hierro.
Presentado el coche a los testigos, estos declararon “Que el automóvil del señor Merry del Val es por completo distinto al que sirvió a los agresores.” “ABC”“declararon unánimemente que el coche del señor Del Val no se parecía absolutamente en nada al que se buscaba.”“Ahora”
No obstante por no justificar la causa de los impactos que hay en el vehículo, fue trasladado a la cárcel.
Al día (2) siguiente en el Palacio de Justicia se constituyo a las 23 horas, el Juzgado número 20 compuesto por el Juez don Ismael Rodríguez Solano, secretario Ricardo Alemany, Fiscales señores Robles y Medina (3) para continuar las diligencias de los sucesos de la calle Eloy González, esquina a Cardenal Cisneros.
El Juzgado que se había trasladado anteriormente al Equipo Quirúrgico con el detenido Alfonso Merry del Val, para ver si alguno de los heridos lo reconocía como agresor, realizo la diligencia sin resultado.
Luego en el juzgado se realizo otro reconocimiento en rueda de presos, que tampoco dio resultado, después se mostró a los testigos el coche M- 48.837 semejante al que emplearon los agresores, propiedad de un abogado empleado en el ministerio de Trabajo, no fue reconocido.
A las 0,30 horas del día 14 de junio, el Juzgado, los testigos y el señor Merry del Val, que conducía su coche V. 12.220, se trasladaron al lugar del proceso para proceder a la reconstitución de los hechos.
La diligencia duro hasta las 2,30 horas, Los testigos revisaron minuciosamente el coche sin ponerse de acuerdo. También por orden del Juez el señor Merry del Val condujo el coche a toda velocidad por la calle Cardenal Cisneros, por sí alguno de los testigos, que vio huir el coche lo reconocía, sin resultado.
A pesar del resultado negativo de todas las diligencias el Juez ordeno el ingreso como detenido e incomunicado en el calabozo del Juzgado, por no justificar el origen de los impactos encontrados en su coche
Uno de los testigos don. Alfredo Herrero, alego encontrarse enfermo para no asistir a la cita del juzgado, siendo necesario, que varios agentes y un medico de la Casa de Socorro de Chamberí se trasladarán a su domicilio, certificando su buen estado de salud para acudir a las diligencias.
Al día siguiente siguen las diligencias A las diez de la mañana desfilan ante el Juez los testigos que habían sido citados, la actuación duro hasta las dos y media de la tarde.
Después de diversas averiguaciones sobre los lugares donde estuvo el coche el sábado y el domingo, se le pregunto al señor Merry del Val sobre si llevaba boina o sombrero, contestando este “que suele usar una boina, aunque también llevaba el sombrero dentro del vehículo”. Este punto coincide con lo manifestado por un testigo, que cree que el conductor “llevaba boina”.
El Juez después de escuchar todas las declaraciones, decreta la prisión del señor Merry del Val.
Nuevos testigos son llamados por el juez a declarar durante los días siguiente “… entre ellos un chapista que presencio el suceso, y el cual facilitó informes concretos de la forma en que aquel se desarrollo y de las características del coche desde el que se hicieron los disparos.”
El día 17 se anuncia el procesamiento y prisión incondicional contra Alfonso Merry del Val.
Nota
(1) “El Sol” 13/6/34 página 4, 14/6/34, página 4, 15/6/34 página 4, 16/6/34 página 4, 17/6/34 página 4; “Diario de Barcelona” 14/6/34, 19/6/34; “La Vanguardia” 14/6/34 página 23; “Ahora” 13/6/34 página 6 y 15/6/34 página 18; “ABC” 13/6/34 página 45 y 14/6/34 página 37
(2) “Ahora” 14/6/34; “ABC” 14/6/34 página 37, 16/6/34 página 30 y 17/6/34 página 31; “El Sol” 14/6/34, página 4
(3) “ABC” dice “fiscales señores Robles y Medina”, “Ahora” dice “fiscal señor Robles” y “El Sol” “oficiales Robles y Medina” Líneas más abajo “fiscal señor Robles.” Igualmente este diario da el segundo apellido del Juez como Solano
Fallece Juana Hernández Rico
El 21 de junio fallece en el Equipo Quirúrgico, la joven Juana Hernández Rico, celebrándose su entierro el día 23, con una gran asistencia de público, dirigiéndoles la palabra en nombre del Partido Socialista D. Wenceslao Carrillo
Nota
(1) “ABC” 22/6/34 página 16; “El Sol” 22/6/34 página 10; “La Vanguardia” 24/6/34 página 24; “Ahora” 22/6/34 página 4 y 24/6/34 páginas 3 y 4
Mientras siguen las diligencias encaminadas a demostrar la participación de Merry del Val en el atentado:
Informe de los peritos armeros
“Su informe referente a las diligencias efectuadas en Carabanchel, con el auto propiedad de don Alfonso Merry del Val”
“Se sabe que en dicho informe se admite la hipótesis de que los disparos que presenta la portezuela del coche pudieran ser hechos desde fuera y no desde el interior. Para ello se basan en las diligencias de reconstrucción del hecho y a que se hicieron los disparos en la dirección que aparecen los impactos y las trayectorias de las balas dando, como resultado que pudieron ser disparados desde fuera y entrasen por la ventanilla derecha que se hallaba abierta, incrustándose en la puerta izquierda.
En el informe se acompaña el croquis de la diligencia en el que pueden apreciarse la trayectoria de las balas.
Otro punto interesante es el calibre de las balas comparado con el de los que causaron las heridas a los hermanos Rico. Según el informe los impactos que tiene el coche corresponden a balas del calibre 9 corto que es la bala hallada en el fondo de la portezuela y las heridas de las víctimas, según certificados médicos, así como los casquillos encontrados en el lugar del suceso y que figuran en el sumario, pertenecen al calibre 7,65.
El Juzgado continua trabajando activamente para lograr el esclarecimiento de lo ocurrido.”
Nota:
(1) “La Vanguardia” 24/6/34 página 24 y “Ahora” 24/6/34 páginas 3 y 4
El Juicio
Madrid 18 de agosto de 1934 (1)
A las 10,30 horas en el Salón de actos de la cárcel Modelo, se constituye el Tribunal de Urgencia de la Sala de Vacaciones de la Audiencia con objeto de juzgar al único procesado por los hechos ocurridos el 10 de junio pasado, en el que resulto muerta Juana Rico y heridos sus hermanos Ángel y Lino. El procesado Alfonso Merry del Val y Alzola se le acusa de un delito de asesinato y de dos de asesinato frustrado.
Forma el Tribunal
Presidente don Mariano Rodríguez
Fiscal señor Robles
Defensor señor Colom y Cardany
Acusador privado señor Jiménez Huerta
El fiscal relata los hechos y solicita 30 años por el delito de asesinato consumado y 15 años por cada uno de los otros dos delitos de asesinato frustrado, una indemnización de 50.000 pesetas por la muerte de Juana Rico, de 25.000 pesetas a Lino (con inutilidad permanente para su trabajo por tener abolidos los movimientos flexores y extensores del píe izquierdo) y 500 pesetas a Ángel.
La acusación privada pide respectivamente 17 años 4 meses y un día y 10 años y un día y la indemnización de 50.000 pesetas, 30.000, y 5.000, además una de 250 pesetas para la lesionada María Jimeno.
El defensor niega los hechos y requiere la absolución.
Nota:
(1) “ABC” 18/8/34 página 35
Informe sobre el juicio del diario “ABC” día 20 de agosto de 1934 edición tarde página 21- 26
En primer lugar declara el procesado, Merry del Val, diciendo:
“No pertenecer a ningún partido político y que no tiene la más mínima relación con elementos extremistas ni de izquierda ni de la derecha.”
Que “… salió del garaje entre las diez u once de la mañana, y conduciendo el coche se dirigió por la carretera de la Ciudad Universitaria. Paró en un bar cercano a dicho punto y tomo después el camino de la Dehesa de la Villa, donde estuvo realizando pruebas del auto, hasta cerca de las dos. Después se dirigió a Madrid llegó hasta Recoletos y se dispuso a almorzar en un café de dicho paseo, en compañía del capitán señor Morenes. Allí oyó comentar a una persona lo ocurrido aquélla misma mañana…”
“A poco salió con el capitán Morenes, al que dejo en la Gran Peña. Nadie en ese tiempo utilizó el coche. Regreso de nuevo a la carretera de La Coruña y se encamino hasta Villalba, para volver a Madrid por la Gran Vía, Alcalá y O´Donell… Allí se le paró éste… marcho en busca de un mecánico. Eran las siete de la tarde poco más. Volvió con el mecánico al indicado sitio, y observó un desperfecto en la ventana izquierda, que corresponde al puesto de la dirección. Pensó que, sin duda habrían pretendido entrar violentamente en él. Comprobó que nada faltaba, y se trasladaron al garaje…
Preguntado por el fiscal:
“No conoce la calle Cardenal Cisneros, ni sabe donde está situada. Ni se estaciono en ella, ni disparo sobre nadie”
A preguntas del acusador privado:
“…declara que conoce poco a don José Antonio Primo de Rivera, y a su hermano D. Miguel; y que a las señoritas de este apellido hace más de un año que no las ve.
Refiere que no comentó con el guarda ni con el encargado del garaje los desperfectos del coche, Suele llevar una boina pequeña en el automóvil, que la utiliza escasas veces. El día del suceso la llevaba.
– ¿No le extraño por las referencias de Prensa que las características del coche actor fueren coincidentes con las del suyo?
– No por la sencilla razón de que no existían tales coincidencias.
El abogado defensor le pregunta, sobre el coche y la frecuencia de que sufran desperfectos los coches que se dejaban momentáneamente abandonados, contestándole afirmativamente y diciendo que después de cerrar el coche se fue a cenar a casa de sus hermanos.
“Requerido de nuevo por el fiscal, relata que no dejo a nadie el coche, ni abandono éste, salvo la hora de la calle O´Donell, y que luego, pasado el domingo, ya no lo utilizo…
Pregunta el Presidente:
– Desde que dejo el coche en la calle O´Donell, hasta que volvió a él con el mecánico. ¿Qué tiempo transcurrió aproximadamente?
– Una hora poco más o menos.
– ¿Qué tiempo invirtió el mecánico en su trabajo?
– Otra hora.
– ¿En qué lugar estaba el coche?
– Esquina a la calle Fuente del Berro
A continuación declara Lino Rico:
Pregunta el fiscal:
– ¿Qué hizo el día de autos?
– Pase la mañana en la Fuente de los Tunos, del camino del Pardo. No se entero del encuentro entre fascistas y comunistas. No advirtió en la calle Eloy González, antes de la agresión, la presencia del automóvil del señor Merry del Val. Los que ocupaban el coche dispararon a la voz de “Ahora”
– Fue su agresor ese señor
– No lo puedo precisar
– ¿Quiénes ocupaban el coche?
– Seis individuos. Vio disparar a tres, dos por las ventanillas y uno por la parte trasera. No pudo retener el aspecto del coche, aunque del procesado se le parece.
El defensor recuerda que, en rueda de presos, todos le parecieron al testigo el autor de la agresión. Y pregunta: “Si no eran ustedes conocidos dentro de la organización socialista, ¿por qué le eligieron como víctimas de la agresión?”
– Quizás porque yo llevaba al cuello un pañuelo rojo.”
Se retira y pasa a declarar su hermano Ángel:
“Dice que tiene la seguridad de que el que está en el banquillo es el autor de los disparos
Fiscal.- ¿No recuerda usted haber dicho en todas sus declaraciones anteriores que no podía reconocer ni el coche ni sus ocupantes?
– No recuerdo.
Fiscal.- Pues lo ha dicho usted, y consta en el sumario. ¿No recuerda que en reconocimiento de rueda de presos no reconoció usted a nadie en ningún momento? Pues ese señor –por el procesado- estaba allí. Me interesa hacer constar la contradicción.
Efectivamente, el fiscal lee la declaración del testigo en la que afirmó no reconocer a nadie.
A preguntas de la defensa, niega que su hermano llevara el día de autos un pañuelo rojo al cuello.
Agrega que dispararon desde dentro del coche, y, sin embargo en el sumario, como le hace observar el señor Colom Cardany, asegura que no puede precisar si los disparos les fueron hechos desde dentro o desde fuera del vehículo.
Defensa.- ¿Me permite la presidencia que el procesado se ponga en pie?
Presidente.- Póngase de pie el procesado.
Defensa.- ¿Recuerda el testigo haberlo visto en la rueda de presos?
Testigo.- No recuerdo.”
Otros testigos:
Luis Fernández Muñoz
“Vigilante del Monte de Piedad.
Oyó unos disparos y vio alejarse, rápido un coche gris, alargado, de capota fija, y un 49.000 de matrícula. Este extremo, que figuró en su declaración primera, no puede ahora precisarlo.”
Nicolás de la Montaña
“Chofer de profesión.
Su declaración es vacilante y contradictoria. Dice que no se puede confundir el coche del señor Merry del Val con un Singer o un Standard, pero resulta que en sus primeras declaraciones afirmo que el coche que huyó pertenecía a una de estas dos marcas. Después dice que el coche era más bombeado y oscuro que el del procesado.”
Miguel Senosiaín
“Sus declaraciones carecen de interés.
El presidente suspende la vista a las dos de la tarde.”
Sesión de la tarde
Continúan los testigos:
Concepción Sepilen
“Pasaba por el lugar del suceso. Afirma que se hallaba en la parte opuesta del coche a la que se hallaban las dos manos que ella vio disparar.
Fiscal.- ¿Oyó usted decir: “Ahora”?
– No lo oí.
Fiscal.- ¿Cuántas personas iban en el coche?
– Cinco. Era oscurecido.
Fiscal.- ¿Quién disparó y por donde?
– Por detrás del cuerpo del que conducía y a espaldas mías. Los dos primeros disparos creí que eran explosiones de neumáticos, pero al tercero vi caer a la muchacha.
Fiscal.- La luz que había en el lugar del suceso, ¿le permitió ver la escena completamente?
– Vi la parte delantera del coche pero no vi lo que pasaba en la parte trasera.
Fiscal.- ¿Se trataba del coche del señor Merry del Val?
– Aquél me pareció algo más largo.
Fiscal.- ¿Se fijo en la matricula?
– No.
Fiscal.- ¿no se fijo en el tipo de los ocupantes?
– El conductor era más claro de color que el agresor a quien vi disparar.
Acusador.- ¿Reconoció usted al acusado el día en que fue detenido?
– No le había visto antes nunca y no pude, por tanto reconocerle.
Defensor.- Esa noche iba usted acompañada de don Alfredo Herrero. Al otro lado del coche estaban los hermanos Rico. Dijo que el coche era gris borroso, de seis asientos y en buen estado. ¿Qué dice ahora?
– Yo vi cinco asientos ocupados y deduje que había seis.
Defensor.- ¿Quiere usted decir si sabe cómo estaban distribuidos en el interior del coche estas cinco personas?
– Al fondo, dos señoras, y un hombre delante. Y otro en medio.
Defensor.- ¿En un asiento intermedio?
– Si, pero quizá no me he explicado bien. (Repite la forma cómo advirtió ocupados los asientos sin que quede aclarado.)
El defensor insiste en que conviene que quede bien determinado este punto.
Defensor.- Dice la testigo que vio disparar a la persona que estaba sentada al lado del conductor. La dirección ¿estaba a la derecha o a la izquierda?
– A la mano izquierda.
Defensor.- Y el que disparo ¿lo hizo sobre el lado derecho o sea sobre la sastrería?
– En efecto.
Defensor.- ¿Conducía el coche el procesado la noche de la reconstitución del crimen?
La testigo vacila y se confunde, creyendo que le preguntan por el día de autos.
El presidente aclara la pregunta y la repite “¿Vio –dice- que llevara el coche el procesado el día de la reconstitución del suceso?”
– Sí; lo conducía este señor.
Defensor.- Ya esta contestada la pregunta ¿Le recordó este señor a alguien de los que intervinieron en el suceso?
– No.
Defensor.- La testigo dijo que le recordaba al que iba al lado del volante.
– En efecto; eso, sí.
Presidente.- El señor que ocupaba el lugar intermedio, ¿iba a la espalda del chofer?
– Sí, señor.”
Dolores Chafino Zapata
“Iba por la calle Eloy Gonzalo, en unión de su novio.
Fiscal.- ¿Qué vio la testigo?
– Que disparaban desde un auto y que caían heridos. Estaba delante del coche, atravesando la calle.
No añade nada de particular.”
María Casado Calleja
“Es una joven de dieciocho años, que no podría reconocer a los ocupantes del coche.
Dice que le parece que la capota del coche desde el que se disparo era más pequeña que el del señor Merry del Val.
Acusador.- En lo demás, ¿el coche era idéntico?
– Por detrás parecía el mismo, pero no lo puedo asegurar.
Defensor.- ¿Dónde vive la testigo?
– En Álvarez de Castro
Defensor.- ¿Va con frecuencia a la calle Trafalgar, 35?
– No.
Defensa.- ¿Conoce a un zapatero llamado Casado que vive allí?
– Sí.
Defensa.- ¿Y es pariente suyo?
– No.
Defensa.- ¿Trabaja para la sastrería de la calle Eloy Gonzalo?
– Sí,
Defensa.- ¿Y por eso iba allí con frecuencia?
– Sí.
Defensa.- Y en la casa del señor Casado, ¿viven los hermanos Rico?
– Sí, señor.
Defensa.- ¿No dijo que el coche desde el que se disparó era diferente al que vio después en el garaje?
– Era diferente.
Defensa.- Y ahora, ¿no dice que por detrás los dos coches eran parecidos? Que se lea la declaración. (Se lee y aparece la contradicción.)”
Amparo Rodríguez
“Dueña de la sastrería de la calle Eloy González.
A preguntas del fiscal, dice que estaba en un cuarto y oyó los disparos; se asomo a una ventana, pero al comprender que eran tiros retrocedió al interior para ocultar a sus hijos. Describe el número de impactos que quedaron en la tienda.”
Celestino González
“Es guarda de noche del garaje de la calle de Núñez de Balboa, en que encerraba el coche el señor Merry del Val.
Fiscal.- ¿Falto algún día el coche del garaje?
– Creo que no.
Fiscal.- ¿Lo saco el señor Merry del Val el domingo 10 de junio?
– Algunos domingos lo sacaba temprano, pero ese domingo, a primera hora, no lo puedo precisar. Yo ceso a las ocho de la mañana.
Fiscal.- Usted dijo que la noche anterior entró el coche a las diez menos cinco.
– Yo no dije eso. Dije solamente que a las diez ya estaba allí.
Fiscal.- Cuando el señor Merry del Val entro con el coche ¿hablo con usted?
– No hablamos para nada.
Fiscal.- ¿Anduvo alguien con el coche?
– Nadie.
Fiscal.- Cuando lavó usted el coche en la noche del lunes al martes, ¿qué observo?
– Que estaba rota la luna y tenía un agujero en el techo como si se hubiera escapado un destornillador, trabajando en el coche con esta herramienta. Fue un compañero de trabajo quien observo al día siguiente que aquello parecía la huella de una bala. Nada dije al dueño del garaje.
Fiscal.- ¿No estaba vigilado el garaje con motivo de una huelga?
– Sí. Había siempre una pareja de guardia de Seguridad.
Fiscal.- Cuando el señor Merry del Val dejó el coche en el garaje ¿iba con boina? ¿Qué traje llevaba?
– No me fije.
Acusador.- ¿Introducía su coche siempre el señor Merry del Val?
– Sí.
Acusador.- ¿Salió el señor Merry al día siguiente del suceso?
– Ya he dicho que no lo sé.
Defensor.- La nave del garaje ¿es larga?
– Muy larga.
Defensor.- Y la jaula del coche del señor Merry del Val. ¿Dónde está?
– Es la tercera según se entra. Yo estaba al fondo.
Defensor.- ¿Está seguro que no dijo que el coche entro a las diez menos cinco?
– Segurísimo.
Defensa.- ¿Sabia el señor Merry que el garaje estaba vigilado? ¿Dónde estaban de ordinario los guardias?
– No sé sí lo sabía. Los guardias estaban unas veces dentro y otras en la calle.
(El presidente suspende unos minutos la vista para dar un descanso a la Sala y al público. Poco después se reanuda el desfile de testigos.)
Declaran los guardia que prestaban servicio en el garaje, con motivo de la huelga.”
Román Aiza Vargas Machuca, barón de Tormoye

“Fiscal.- ¿Usted es amigo del señor Merry del Val?
– Sí.
Fiscal.- ¿Proporciono usted un mecánico al señor Merry del Val?
– Sí, señor.
¿Cuánto tiempo duró la visita que le hizo el señor Merry para pedir el mecánico?
– Unos veinte minutos.”
Francisco Campos
Es el mecánico que fue proporcionado por el anterior testigo.
Fiscal.- Además de arreglar el motor, ¿miró usted el interior del coche?
– No. Lo puse al lado de un farol, pero no me fije en los cristales. Acompañe al señor Merry del Val después hasta la calle Diego de León, pero no me fije en el interior.
Fiscal.- ¿Qué tiempo tardó en la reparación?
– Desde las ocho y cuarto hasta poco después de las nueve de la noche.
Defensa.- ¿A qué hora se separo usted del señor Merry del Val?
– A las nueve y cuarto o nueve y media.”
Diego González Ubieta
“Es amigo del Merry y declara que estuvo tomando café, en el café Recoletos con el señor Merry del Val, mientras este almorzaba a las dos de la tarde del día de autos.”
Juan Sánchez
“Sirviente de don Pablo Merry del Val, hermano del procesado.
Sirvió la comida a las diez menos veinte al procesado, que la noche de autos cenó con sus hermanos.”
Barón Jaime de Borchgrave
“Hijo del ex embajador de Bélgica y representante de la marca del coche alemán en España.
Acusador.- ¿Cuándo adquirió el coche el señor Merry del Val?
– No me lo compro a mí, sino a la casa de Barcelona, que depende directamente de la fábrica alemana.
Fiscal.- El señor Merry ¿pidió el sábado el coche cuando lo llevo a reparar?
– Me dijo que lo quería tener útil para utilizarlo los días festivos en general.
Acusador.- ¿Cuántos coches de esta marca habrá en España?
– Vendidos por mí tres.
Acusador.- ¿Se distingue el coche del señor Merry de otros de la misma marca?
– Son iguales podrán ser de distinto color.
A preguntas del acusador describe el testigo los coches de la marca que existen en España y que él conoce. Añade que el hecho de llevar dos pilotos no es característico de este coche, pues muchos otros los llevaban.
Defensa.- ¿Hay otros coches que lleven dos pilotos?
– Todos los alemanes y la mayoría de los americanos.
Defensa.- ¿Qué defecto tiene el coche del señor Merry?
– Radiador insuficiente, por lo cual este detalle lo ha modificado la fabrica.
Defensa.- ¿Se parece el Audi a otros coches?
– Al Singer, al Opel, al Ardita Fiat, algún Renault y otros más”.
Evaristo Santillana
“No dice nada de interés”
Capitán Luis Morenes Carvajal
Es amigo del procesado.
Fiscal.- ¿Comió usted con el señor Merry del Val el día de los sucesos del Pardo?
– Sí, señor.
Fiscal.- ¿Se hablo durante la comida de lo ocurrido?
– No, señor.
Fiscal.- Entonces al declarar lo contrario el procesado ¿miente?
El defensor protesta de esta frase, y el presidente hace ver al fiscal que no se puede exigir tal afirmación.
– Nada puedo afirmar.
Fiscal.- ¿Llevaba boina el señor Merry del Val?
– Creo que sí, pero no lo puedo recordar.
Acusador.- Ha declarado en el sumario que sí.
(Hay gritos y protestas, y el presidente impone orden. Se lee la declaración sumarial del testigo, y, en efecto, no aparece que afirmara que llevaba boina, pues solo dijo que solía llevarla cuando conducía; pero el día que comió en su compañía iba a pelo.)
Declaración de peritos
Declaran los médicos señores Torres Fraguas y Martín que asistieron a los heridos e informan acerca de la gravedad de las lesiones. Afirman que los hermanos Rico fueron heridos por la espalda.
A continuación desfilan seis peritos armeros. Dos de ellos afirman que los disparos fueron hechos desde dentro del coche.
Acusador.- ¿Desde donde fueron hechos los disparos?
– Desde los asientos de detrás.
Defensa.- ¿De qué calibre eran los disparos?
– De dos clases: de nueve y de 7,65 milímetros.
Defensa.- ¿Atravesó el proyectil que dio en la portezuela la chapa del coche?
– La abollo pero no la atravesó.
Defensa.- ¿Es posible esto, disparando desde dentro del coche?
– Es posible.
Defensa.- ¿No debió chamuscarse el paño de la carrocería?
– Según la distancia.
Defensa.- ¿A qué distancia llega el fogonazo de un arma del 9?
– A cuatro o cinco centímetros.
Defensa.- ¿Puede afirmar eso rotundamente el testigo, en conciencia?
– Depende de la carga de pólvora.
Los otros tres peritos admiten la posibilidad de que los disparos fueran hechos desde fuera.
Defensa.- La bala que da sobre un plano inclinado ¿sigue su dirección?
– Se desvía. Al dar la bala en la chapa del coche, es posible que la desviara hacia arriba y rompiera el cristal.
– En las pistolas 25 centímetros; en el máuser, a 50.
Fiscal.- Concretemos. El coche presenta dos impactos, que corresponden a dos disparos, uno de ellos de 9 cortó. El otro no se puede apreciar, ¿no es cierto?
– Exacto.
Fiscal.- Si los disparos fueron hechos desde fuera del coche, es lógico que debieron hacerse desde el lado derecho, y estando bajos los cristales de ese mismo lado. Así, pues, hay que admitir que la huella del cristal del lado izquierdo demuestra que éste estaba bajado, pues de lo contrario al ser desviada la bala, no hubiera podido alcanzar la altura del cristal.
La pregunta del fiscal tiende a probar que los disparos fueron hechos desde el interior. En resumen, deduce que pudieron hacerse los disparos desde fuera, pero lo más lógico es que se hicieran desde dentro.
Acusador.- ¿Es racionalmente posible que el disparo se hiciera desde fuera?
– Lo es.
Fiscal.- ¿No recuerda los peritos haber visto la madera chamuscada?
Los peritos declarantes no recuerdan haber hecho tal manifestación.
Comparecen tres ingenieros industriales, los señores Samper, Ortega y Rodríguez Luna.
Acusador.- ¿Han reconocido los peritos el coche?
– Sí.
Acusador.- ¿En la situación en que se encuentra el coche?, ¿es posible que preste servicio un día entero?
– Puede ser. El recalentamiento del motor puede depender de distintas causas.
El defensor hace una serie de preguntas a los peritos para deducir si el coche después de la avería del “delco”, pudo hacer un largo recorrido.
El fiscal pregunta al procesado lo que dijo el mecánico que tenía el coche al ocurrir la avería en la calle O´Donell.
Procesado.- Que se habían pegado los platinos.
Fiscal.- ¿Puede arreglarse fácilmente esta avería?
Peritos.- Sí, señor: y, después, puede seguir el coche, pero depende de cómo se haya hecho el arreglo.
Se suspende la vista hasta la mañana de hoy, a las diez de la misma…
19 de agosto de 1934
Madrid
A las 10 horas de la mañana se reanuda la sesión prestando en primer lugar declaración, los peritos cerrajeros, “para informar sobre la posibilidad de que la matrícula del coche del señor Merry del Val hubiera sido remplazada por otra.
Unos peritos admitieron la creencia de que dos tornillos habían podido ser removidos, y otros declararon que ninguno de los tornillos había sido tocado. Además para sustituir la matricula había que cortar y volver a empalmar el cable del piloto, el cual parece intacto.
Declararon otros testigos entre ellos don José Antonio Primo de Rivera, cuyas manifestaciones no ofrecieron ningún dato de interés capital.
A las once y media el fiscal señor Robles dio comienzo a su informe. Después de exponer que su convencimiento obedecía a un estudio del sumario y la prueba del juicio, manifestó que el procesado había venido despistando a la justicia con la ocultación del uso que hizo del coche durante la noche de los sucesos de la calle Eloy Gonzalo. Ahora bien, su consecuencia le obliga a preguntar a la Sala con qué criterio se puede culpar al acusado como autor de los hechos, o a lo menos de su participación al acompañar en el coche a los autores del horrendo asesinato. Nada hay en concreto en que basarse para encarecer que Merry del Val procediese como autor del delito.
Se sabe no obstante, que en la calle Eloy Gonzalo se cometió una agresión desde un coche que ofrece las características del que es propiedad del procesado, el cual encontró éste abandonado, con dos impactos, en la calle O´Donell
Las declaraciones de los numerosos testigos tampoco han probado de modo fehaciente que Merry del Val ocupara su automóvil en el momento de la agresión, aun en él supuesto que ésta se hubiera realizado desde el interior de aquel. Únicamente un testigo lo acusa concretamente: Ángel Rico, herido en la agresión, y que es un testigo que tiene la inmensa desgracia de ser un impostor. En el juicio oral afirma que el procesado guiaba el automóvil. Ningún otro testigo lanza esta manifestación rotunda.
Pasa el fiscal a examinar las declaraciones de varios testigos, y admite la posibilidad de que la agresión se realizara desde el coche, pues, aunque falta la certidumbre, la mayoría de aquellos coinciden en que eran muy parecidos. Además, es un hecho que los impactos que presenta el coche son del calibre de los casquillos recogidos en el lugar del suceso.
Hay que deducir, pues, que Merry del Val es conocedor de detalles muy interesantes para el sumario y que no aporta. No comprende cómo el procesado no se dio cuenta de que los desperfectos que descubrió en la calle O´Donell eran huellas de disparos.
El procesado cree que estos disparos debieron hacerse mientras dejo el coche abandonado en la calle O´Donell para ir en busca de un mecánico. Esto no es presumible, pues en dicha calle hay mucha vigilancia por residir un conocido político, y los disparos hubiera llamado la atención. Nadie los oyó.
Señala la contradicción contra la afirmación del procesado, de que entró en la calle de Núñez de Balboa, donde ésta él garaje, por la de María de Molina, y la del guarda del garaje y guardias de Seguridad, que afirman llegó por la calle Velázquez.
Recoge la afirmación de los testigos, que afirman que el auto arrancó en la calle Eloy Gonzalo muy despacio para relacionarlas con el deficiente funcionamiento del coche del procesado.
Pero hay que reconocer que todo esto es dudoso. También lo es la numeración de la matricula. Tres testigos dicen que el coche en que huían era un 48.000 o un 49.000 y el del señor Merry del Val es un 12.000. Los peritos no creen que la matricula fuera sustituida; pero admiten la posibilidad de que fuera recubierta con otra numeración.
No admite la especie de que el crimen se cometiera de rechazo por los sucesos acaecidos por la mañana en el camino del Pardo. Precisamente –dice- me vi honrado con la designación para informar en el juzgado del Escorial con aquél motivo. Por los alrededores del lugar de dicho suceso, desfilaron aquel día más de dos mil elementos uniformados, pertenecientes a partidos de izquierdas. ¿Cómo era posible determinar que entre los que tomaron parte en la agresión a los fascistas, estuviesen los hermanos Rico? Además, ninguno de éstos figura como elemento destacado en el partido de izquierda. Por lo tanto hay que descartar la posibilidad que la agresión a los hermanos citados se llevase a cabo con idea de una venganza personal. Ahora bien: discurriendo normalmente, todo ello nos hace suponer que el atentado, al cometerse, lo fue por ideas políticas. (En este momento se suspende la sesión por unos minutos, para descanso de la Sala).
Hace otras consideraciones para dudar que existiera la premeditación y examina todo lo referente a los impactos, calibres de los proyectiles, manos que dispararon – quedo probado que fueron varias- para deducir el convencimiento de que se empleó el coche del procesado, pero para rechazar la imputación de que éste fue quien disparo.
Quita valor a la declaración en el juicio de Ángel Rico, el cual, al afirmar que vio al procesado al volante del coche, mintió descaradamente. En cambio su hermana la infeliz Juanita, dijo que el agresor (no el conductor) tenía unas señas personales que son las del procesado.
Alude a una información oída por el informante al procesado, el cual dijo: “Si yo estoy comprometido, ¿para qué comprometer a otras personas?”
Todo lo expuesto le da al fiscal el convencimiento, aunque no exista prueba absoluta, de que Merry del Val es culpable, y yo –dice- le acusó, no por un sentimiento populachero, sino en cumplimiento de mi deber y de mi conciencia, pues tengo la tranquilidad de que nunca como ahora he servido a la justicia.
Terminado el informe se suspende la sesión matinal.
La sesión de la tarde. Informa el acusador privado
“Comienza diciendo el señor Jiménez Huertas que su posición es de una absoluta imparcialidad. Une su aplauso al otorgado por el fiscal, en su discurso de la mañana, a la labor del juzgado.
Manifiesta que no acierta a comprender que el fiscal, en vez de limitarse a acusar, examinara la calidad de las pruebas. Cree que desde el lugar del fiscal se puede mantener o retirar la acusación, pero de ninguna manera defender al acusado.
No cree que se pueda negar, con fundamento de estricta lógica, los hechos atribuidos a éste.
Cita a Alfredo Herrero, Valentín Rubio, señora Chapino y otros testigos, que afirman que las características del coche agresor son las mismas del vehículo del señor Merry del Val. Y esto lo mantienen en el juicio oral.
Decía el representante del ministerio público que cuando fue expuesto el coche del señor Ossorio y Moscoso a los testigos, afirmaron rotundamente éstos que no era el coche desde el cual se disparó. Pero ante el coche del señor Merry del Val, aunque no afirmen con seguridad, porque la seguridad no se puede tener nunca, dicen que puede ser el mismo coche, y que de no serlo sería uno muy parecido.
Dice que el fiscal recordaba en su informe la declaración de la joven victima de la agresión, que hablaba de un joven moreno, que conducía el coche, cetrino y con un bigotito. Las señas son las del procesado.
Cree que es imposible atestiguar detalles accidentales y nimios del automóvil. Lo interesante es que afirmen que era igual.
Los testigos que reconocieron el auto en el garaje de la calle Núñez de Balboa llegaron allí sin ser conducidos por ninguna autoridad, y esto pareció alarmar a la defensa, pero lo cierto es que se cumplieron las órdenes de la Sala.
Insiste en que los testigos no tienen interés en mentir.
Añade que el procesado no ha sabido explicar en ningún momento la presencia de los impactos en el coche. El capitán Morenes, que almorzó con el procesado no vio estos impactos.
Le extraña que el procesado hombre de leyes, no se alarmara de la presencia de los desperfectos, hasta el punto de no comentar los desperfectos con nadie, ni siquiera con sus hermanos, al llegar a su casa para cenar con ellos.
Señala el hecho de que al día siguiente de la agresión no fuera sacado el coche del garaje ni siquiera para ser llevado al representante de la casa.
Nos encontramos –dice- ante un crimen social. Había que vengar algo que había acontecido aquel día, sin que importara la personalidad de la víctima, sino la colectividad, a la que se quería castigar.” Define el crimen social, que recae siempre sobre una persona desconocida.
Está comprobado que las victimas vestían las prendas acostumbradas por los socialistas en sus excursiones. Y que los agresores iban buscando una víctima que perteneciera a uno de los grupos comunista o socialista.
Conocida la motivación del hecho quiere señalar una contradicción con las declaraciones tranquilas y serenas del señor Merry del Val. Este afirma que dejo al mecánico a las nueve y cuarto en la calle de Velázquez, y algunos testigos dicen que dejo el auto en el garaje a las diez. ¿Qué hizo durante este tiempo?
No es admisible que los disparos se hicieran en la calle de O´Donell, pues allí cerca existe vigilancia permanente en el hotel de un político conocido y hubieran sido oídos por los guardias y la Policía. Sigue ocupándose de la situación de las huellas de los disparos en el coche, para deducir que éstos fueron realizados desde el interior del mismo.
Califica de baldón el dictamen de los tres peritos armeros, que han afirmado que no es posible rechazar la posibilidad de que los disparos hubieran sido hechos desde fuera del coche.
Examina el concepto de la premeditación que requiere un cierto lapso de tiempo y un elemento psicológico. No existiendo estos dos caracteres en el procesado, no puede admitir el acusador privado esta agravante de la premeditación.
Termina pidiendo la pena de diecisiete años, cuatro meses y un día por la muerte de la muchacha, y diez años y un día de presidio mayor por cada uno de los dos restantes delitos, quince días de arresto por la parte accidental de catorce lesiones y las indemnizaciones contenidas en las conclusiones provisionales.
Se interrumpe la vista durante unos minutos.
Informe de la defensa
El defensor señor Colom Cardany, empieza diciendo que el procesado no es un beligerante en la lucha de partidos. Tampoco lo es el orador que tiene una convicción política, sí, pero hace tiempo que rompió todo nexo con cualquier disciplina de partido. A él no puede llegar la pugna suicida a que esta entregada la sociedad española. Menos es, todavía, un soldado de la lucha de clases, que en España está confirmado la frase de que el hombre es el lobo del hombre. Así iremos a cualquier parte menos a hacer patria española. Y sepan, tanto los más débiles como los que tienen el poder en la fuerza, que una clase social podrá ser derribada por la otra, pero aquel mismo día surtirá la guerra encendida entre vencedores y vencidos, porque la historia lo prueba así.
Pero habría de encenderse esa lucha de clases y se acabaría la paz del espíritu. Un día asesinarían los de arriba, y yo les maldeciría, y otro día serian los de abajo, y yo los maldeciría también. Creedme: no hay más que la figura de Cristo diciendo: “Amaos los unos a los otros”.
Defiende a Merry del Val porque tiene el pleno convencimiento de que es inocente, por las resultancias de la prueba sumarial y oral. Recuerda que cuando se le ofreció la defensa del procesado dijo que aceptaría ésta si antes hablaba con él, y si no, no. La condición era tremenda si no se contaba con la discreción del abogado. Y, sin embargo, se contestó sin titubeos que sí.
Recuerda que el fiscal ha dicho en su informe “No está plenamente justificada la culpabilidad del acusado”. Y esto demuestra su probidad, pero no puede endosar a la Sala esta situación. Pues no debe permanecer en el banquillo un procesado sin la plena seguridad de su culpabilidad por parte de quien acusa.
Hubiera sido más acertado renunciar a acusar.
El fiscal no encuentra plenamente justificada la responsabilidad del procesado, y esto discrepa del acusador privado, para quien sí lo está.
Veamos las pruebas. No se discuten aquí dineros, sino libertad y honor.
Habla de la situación trágica de la familia Rico, a la que unas personas viles, criminales y encanalladas han causado tres víctimas. Todo le parece poco para quienes asesinan a mansalva, como hijos de Caín. Pero, tan alto, o más alto todavía que el respeto a la vida humana, es el honor familiar, que ha producido tan altos valores en la sociedad española, y por eso doble su rodilla ante el apellido Merry del Val, que hoy se ve afrentado con esta terrible acusación.
De la buena fe de Merry del Val –dice- hablan también sus antecedentes personales. Es cierto que tiene ejecutorias de apellido, pero yo aprecio más la ejecutoria que le dan sus personalísimos antecedentes, cuya buena fama se cimenta en su conducta. De ella no han deducido ningún asiento de cargo sus acusadores.
El fiscal, leal consigo mismo, decía: “Yo el móvil no lo he sabido encontrar.” Y pasaba revista a los móviles posibles. Y decía: “No es el móvil una venganza por el hecho de El Pardo, porque aquello fue una lucha tumultuaria entre dos grupos políticos rivales, y nadie señalo en aquellos sucesos a la familia Rico”. Tampoco es lógico suponer –añadía el fiscal- que para vengarse de una Asociación de extrema izquierda, se disparara sobre gentes vulgares y desconocidas. Tampoco admitía que se buscara a cualquier victima al azar. Y sin saber el fiscal cual es el móvil, ¿cómo mantiene su acusación? Sin móvil para el crimen sólo procede el enfermo, el perturbado, y a éste se le debe deparar el manicomio.
Con respecto a las palabras cruzadas entre los hermanos Rico y el conductor del automóvil, al dar éste marcha atrás en la calle Eloy Gonzalo, tampoco el fiscal encuentra proporción entre el hecho y su motivación.
¿Cuál, pues, es el móvil? El acusador privado no ha estado acertado al encontrar el móvil que llevara al señor Merry del Val a trocar su prestigio y su honor por el traje de presidiario. Ha dicho simplemente que se trata de un delito de carácter social. Y nada más. ¿Y por qué este delito? ¿Ha dicho algo el acusador sobre el partido político a que pertenece el señor Merry del Val? Porque éste ha afirmado que es enemigo de toda violencia y porque es cristiano. En la lucha de hoy, Merry y yo somos de aquellos que maldicen por igual a la sociedad española las violencias de unos y de otros.
¿Acaso el delito no era de raíz política, sino de odio de una clase aristocrática a una clase popular? Una figura de la clase aristocrática levantándose contra la clase obrera personificada en don Alfonso Merry del Val, es un absurdo. ¿Por qué? ¿No ha advertido la Sala que los acusadores han estado preguntando durante toda la vista si tal o cual hecho era posible? En ningún momento han preguntado si eran ciertos. Pero no es lo mismo el poder delinquir que el hecho de delinquir Por la primera prontitud no se puede mandar a un hombre a presidio.
Conste que en ese camino el acusador va solo.
Hay que examinar, pues, la posibilidad de haber delinquido.
Los cargos que se hacen por el fiscal al procesado son: que éste es simpatizante con el fascismo y que tiene un coche que presenta dos impactos. Reconocía el fiscal que del primer punto no puede deducirse que realizara el atentado; “pero –añade- tiene un coche y ese coche fue desde el que se disparó y Merry estaba al volante en el momento de la agresión.”
En vía polémica concedí –dice el defensor- que los disparos se hicieron desde dentro de un coche de lujo. ¿Era el de Merry del Val? El acusador fiscal afirmaba que esto no lo ha dicho ningún testigo, dando a entender que lo habían dicho todos. Y, tras su afirmación, no ha precisado ni una declaración, ni un solo testigo que hubiera hecho la afirmación concreta, porque no podía. La verdad es evidente. Los testigos han depuesto en estrados y todos los hemos oído. La sala procederá en justicia.
El fiscal reconocía que nadie ha dicho que fuera el coche, pero que tampoco nadie ha dicho que no lo fuera.
Examina el señor Colom Cardany las ambiguas declaraciones de los testigos sobre las características del coche. Unos afirman que tiene capota fija; otros, no; unos, que las ventanillas tienen cristales; otros, que celuloide. Montaña, el testigo chofer, dijo que era un Fiat, un Standart o un Singer. Esto, en el sumario, sin perjuicio que en el juicio afirme que no hay modo de confundir tales marcas con el Audi.
Solo hablan de matricula tres testigos: el chofer Montaña y otros dos. Y dicen dos de ellos que es un 48.000. El tercero cree que es un 49.700, estando seguro que la tercera cifra es un siete. El coche del señor Merry del Val es 12.220.
(Después de diez minutos de descanso continua el defensor.)
Los peritos cerrajeros coinciden en que para separar la matricula hay que cortar la conducción eléctrica del coche y sacar cuatro tornillos. Los peritos que declararon en el sumario dicen que no se habían tocado esos tornillos; los llamados nueve semanas después, pedidos por la acusación privada, dicen que dos de esos tornillos pudieron haberse quitado. Admitámoslo. Lo que falta es la prueba de que se quitaron, de que fue sustituida o disimulada la matricula. Si se pudo o no se pudo hacer, nada demuestra.
El fiscal arranca de la existencia de los dos impactos para deducir que el coche de Merry del Val, estuvo en la calle Eloy Gonzalo. No hay lógica en esto. Lo que el fiscal quiere decir es que el hecho de que el coche del procesado tenga dos impactos es una prueba de presunción. De lo contrario es el vació. Para que el hecho tenga fuerza es menester que tenga un enlace con el hecho que se quiere probar.
Cuando el fiscal decía que un testigo le había mostrado un trozo de madera con granos de pólvora, yo respondo que eso no cuenta. Porque de haber habido fogonazo sobre la madera, hubiera habido fogonazo sobre el tejido que cubre la varilla inmediata, y no hay tal.
A continuación afirma que ni se pudo disparar desde dentro del coche porque se corría el peligro de herir a los ocupantes de delante o el tirador tuvo que disparar con el brazo en escuadra. De esta forma no hubiera habido impacto en el coche. Disparando desde dentro, el fogonazo hubiera tenido que chamuscar el tejido de la carrocería.
Además la huella es del calibre 9, y los heridos lo fueron por balas del calibre 7,65. Esto lo reconoce el fiscal, aunque admita la posibilidad de que los heridos lo fueran por tirador distinto del que usara el arma del calibre 9. Y aunque esta posibilidad no puede rechazarse, ya estamos ante otra posibilidad. Y de posibilidades está llena la acusación, pero no de pruebas.
Recoge la afirmación del fiscal de que el procesado dijo que le acompañaban en el coche otras personas, pero que no quería perjudicarlas. Esto no es así. Lo que dijo el procesado es que no llevó a nadie en el coche, pero que si hubiera llevado a alguien, no por esto hubiera facilitado sus nombres, para no poner a estas personas en el mismo grado de sospecha y de trastornos que pesan sobre él. Lo cual no es lo mismo.
Y añade el fiscal: Deja Merry del Val al mecánico y no va al garaje. Corre a Eloy Gonzalo, interviene en la comisión del delito, vuelve al garaje y después va a cenar a casa de sus hermanos.
Esta construcción espantable nos dice que veinte minutos después de dejar al mecánico se comete el delito y poco después el procesado está cenando. La base del argumento es la hora. Veamos el sumario. Habla Merry. Este dice: “Me separe del mecánico a las nueve y media”. Lo repite tres veces en el sumario. Hay una diferencia de un cuarto de hora con el fiscal.
Campos, dice: A las nueve y cuarto me apeé del coche. Esta es la medida más favorable para las acusaciones y solo de un margen de 20 minutos, pues el delito se comete a las nueve treinta y cinco. Tomemos estos veinte minutos y veamos lo que el procesado tuvo que hacer:
Primero, el cambio de matricula; segundo, recoger a cuatro personas, dos de ellas mujeres; tercero, marchar al azar para cazar a cualquiera, con tal que fuese un ciudadano izquierdista. El coche atraviesa la Castellana, llena de público que regresa del campo. Se desdeña la cacería en este lugar oscuro y, desaprovechando minutos, va el coche a buscar a la calle Eloy Gonzalo a las víctimas, a un barrio popular, porque si, sin otra razón. Hay que provocar a última hora una discusión; dar marcha atrás, y disparar. Y todo ello en veinte minutos. Permitidme que os diga que aunque todo estuviera preparado no había tiempo material para realizarlo.
Pero además hay que regresar al garaje dejando antes en tierra a los cuatro acompañantes, a esos cuatro locos que coinciden en la idea de matar por matar, dignos de un manicomio. Y volver a quitar la matrícula falsa y poner la verdadera, Y todo ello en otros veinte minutos, puesto que a las diez menos cinco ya está el coche según todas las pruebas en el garaje.
Y a todo esto, la doncella de don Pablo Merry del Val, hermano del procesado, afirma y repite que a las nueve y media o diez menos cuarto serbia la cena al acusado. Y sus hermanos hablan de la misma hora.
Y vamos a otro asunto. ¿Por qué los acusadores no han hablado de lo que dice la Dirección General de Seguridad? ¿Es que este dato es desdeñable? La policía sigue paso a paso todos los momentos del día 10 de julio del señor Merry del Val y confirma cuanto éste ha dicho. Y asegura que el coche regreso al garaje a las nueve y veinticinco, o sea diez minutos antes de la comisión del delito.
Respecto a la identificación del conductor del coche, se dice que éste era cetrino, de unos treinta años, con bigotito negro y con boina. En efecto, las señas son de Merry del Val, pero lo son de cualquiera también. Aquí está este señor abogado –dice, señalando a un vecino de estrado-. También es cetrino, tiene unos treinta años y es vasco y usa boina. (Risas.) Se trata de características muy generales. Hay testigos que habla que usaba el pelo peinado hacia atrás; otros, que llevaba boina. Unos se refieren al que conduce, y otro a uno de los ocupantes del interior.
Termina diciendo que es la pasión de la lucha de partidos y de clases que existen hoy en España las que han tejido una atmósfera que clama venganza en torno del procesado; pero no hay realidades para señalarle como autor. No hay precedente de este juicio oral, en la que no se ha aportado ni una sola prueba. A la Sala le consta que no hay un documento, ni un testigo, ni una prueba pericial, que sea claramente probatorio.
Pinta el cuadro de la España de hoy: Patria sin Dios, pues que oficialmente es laica; de unidad que está en peligro. No haga la Sala –termina- que sea una Patria en que se hunda la justicia.
(El procesado, invitado a hacer las manifestaciones que estime necesarias, afirma que no tiene nada que alegar.)
Terminada la vista, la Sala se retira para dictar sentencia, a las nueve y veinte de la noche.
Sentencia absolutoria
A las doce de la noche se reanudó la vista y se dio lectura a la sentencia, cuya parte dispositiva dice así:
“Fallamos que debemos absolver y absolvemos al procesado Alfonso Merry del Val y Alzola de los delitos de asesinato y falta incidental de lesiones de que ha sido acusado en la presente causa, declarando de oficio las costas y cancelando los embargos que se hubieran trabado en bienes de su propiedad, que dando a su libre disposición el automóvil de su propiedad, marca Audi, matricula V. 12.220, depositado en la actualidad en la calle Núñez de Balboa, número 94, de esta capital. Póngase inmediatamente en libertad al referido procesado, siempre que de ella no estuviera privado por otro procedimiento o motivo legal y a tal fin, líbrese el oportuno mandamiento al director de la prisión Celular de esta villa.”
El señor Merry del Val, en libertad
A los pocos minutos después de leída la sentencia el señor Merry del Val abandono la Cárcel Modelo, acompañado de su defensor, señor Colom Cardany. Salieron uno y otro por la puerta del jardín.
No se registro el menor incidente.”
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Informe del diario “El Sol” los días 19 y 21 de agosto
El informe en si no difiere en esencia del de “ABC”, y las pequeñas diferencias las señalamos a continuación:
Declaración de Lino Rico, ampliación que no consta en “ABC”
Defensa.- ¿Recuerda haber dicho usted que el coche era azul?
– No lo recuerdo.
Declaración de Valentín Rubio Fernández, que no consta en “ABC”
“Se hallaba en la esquina de la calle del Cardenal Cisneros cuando vio llegar un coche gris. Este después de detenerse un instante, dio marcha atrás, y a unos jóvenes que pasaban por las proximidades del vehículo les hicieron varios disparos sus ocupantes. Recuerda que la matrícula del coche comenzaba por un 49, y luego seguía un siete, y ya no sabe que números más. Todo fue obra de un momento. Los disparos fueron nueve o diez. Posteriormente vio el coche de Merry del Val en el garaje donde se guarda y lo encontró parecido con él del día de los sucesos. No puede precisar otra cosa.
A requerimiento de la defensa agrega que observo que la matricula era un 49 y luego un siete.
Defensor.- ¿Recuerda el testigo que tiene declarado que no sabía ciertamente si la matrícula del coche de los sucesos era un 49, pero que si que encerraba concretamente un siete?
– No recuerdo.
Se lee su declaración sumarial y consta tal como lo expone la defensa.
Defensor.- Si hubiera usted dicho anteriormente que el coche llevaba un solo faro piloto, ¿era esta la verdad?
– No recuerdo.
Se lee la declaración pertinente y también consta así.”
Declaración de María Heredero, que no consta en “ABC”
“Resulto herida el día de los sucesos. Relata que se cruzo con un coche gris, y cuando éste quedó a su espalda, desde su interior comenzaron a dispararles. No vio a ninguno de sus ocupantes. En diversas diligencias judiciales examino otros coches; pero en ninguno reconoció el de autos, excepto en el del procesado, muy parecido a aquél. En sus primeras declaraciones afirmó que los trasparentes de las ventanillas eran de celuloide, y ahora que eran de cristal. Ahora es cuando dice la verdad. Asimismo dijo entonces que el coche de los sucesos era más abombado por su parte trasera que el de Merry del Val.”
Declaración de Dolores Chafino Zapata, ampliación que no consta en “ABC”
“También coincide con anteriores testimonios en asegurar que el coche del procesado es muy parecido al del día de los sucesos.”
Declaración de Evaristo Santillana, ampliación de la de “ABC”
“Oyó disparos pero no conoció a nadie del los que ocupaban el coche. Este era gris y alargado.”
Declaración de Juan Martínez, que no consta en “ABC”
“Se encontraba en el Monte de Piedad y oyó unos disparos. No sabe otra cosa.”
“El Sol” hace un resumen de los informes del ministerio fiscal, acusador privado y defensa, acabando con la parte dispositiva de la sentencia.
Nota:
- “La Vanguardia” 18, 19 y 21/8/34 páginas 19, 16 y 21; “El Sol” 19/8/34 página 4 y 8 y día 21 página 4; “Diario de Barcelona” 21/8/34, “ABC” 18/8/34 página 36 y 20/8/34 página 21-26
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Recurso de Casación (1)
Al mes siguiente día 26 de septiembre, en la Sala 2º del Tribunal Supremo, se celebra el recurso de casación por quebrantamiento de forma, contra la sentencia del Tribunal de Urgencias, por el suceso de la calle Eloy González.
Defiende el recurso el señor don Luis Rufilachas Salcedo quien apoya su solicitud en tres motivos: “haber negado el juez de instrucción la reforma de auto de conclusiones del sumario; La también negativa del tribunal a la práctica de ciertas diligencias que la parte recurrente estimaba de positivo interés (solicito la práctica de una inspección ocular, consistente en que una hermana y un hermano de José Antonio Primo de Rivera montaran con el señor Merry del Val en el automóvil de este, para llegar a la conclusión que determinados testigos ante el grupo formado reconocieran o no reconocieran a unos u otros participantes del suceso sumariado); Y por último el consentimiento del presidente durante el acto del juicio de que se formularan preguntas impertinentes y capciosas a determinados testigos.”
Después denuncio que un pariente del señor Merry del Val, ha pretendido hacerle la proposición de que los familiares de Juanita Rico aceptaran una pensión vitalicia de 150 pesetas cosa que no ha aceptado.
El señor Colom y Cardany, se opone al recurso, y “apuntalo su informe sobre profusa doctrina jurídica, y dejo sentado que el auto de terminación del sumario no fue recurrido en tiempo y forma; las pruebas solicitadas se practicaron, y en cuanto a las preguntas impertinentes y capciosas, ni constan en el acta del juicio ni se rechazaron en el momento adecuado.”
El fiscal señor Palma, ha suscrito los argumentos del señor Colom y el recurso ha quedado visto para sentencia, al día siguiente la Sala 2ª del Tribunal Supremo rechaza el recurso de casación. Caso Merry del Val.
Nota:
- “La Vanguardia” días 26/9/34, 28 y 29 páginas 21, 21 y 21; “ABC” días 26/9/34 y 28/9 páginas 28 y 30; “Ahora”.28/9/34 página 19 y “El Sol”. 26/9/34 página 4
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Comentario especial a este Tema:
Este caso, la muerte de Juanita Rico, ha sido tratado creó, por todos los historiadores que han escrito sobre la historia de la Falange y a pesar de todo lo expuesto, nos encontramos con tres incógnitas que trataremos de despejar a continuación:
1º ¿La represalia, en la persona de Juanita Rico y sus hermanos fue consecuencia de su intervención en la muerte del falangista Juan Cuellar?
2º ¿Intervino realmente Merry del Val en el asesinato, conduciendo el automóvil de su propiedad?
3º ¿La incógnita de la mujer o mujeres que ocupaban el coche y que posteriormente Dolores Ibarruri “La Pasionaria” en las Cortes insinuó que una de ellas fuese Pilar Primo de Rivera?
La Represalia en los hermanos Rico
Mi apreciado amigo Cristóbal Córdoba en su libro “De cada cuatro cayeron tres” en el cual tuve el placer de colaborar con él, en su página 106 (2) comenta:
“…podría tener razón Ramiro LEDESMA RAMOS [¿Fascismo en España? /La Patria Libre /Nuestra Revolución. Ramiro Ledesma Ramos. Escritos políticos. 1935-1936. Página 121 y siguientes. Edita Trinidad Ledesma Ramos. Madrid. 1988] cuando afirma que eran comunistas quienes le agredieron, aunque lo más probable es que hubiesen participado juventudes de ambos partidos marxistas, que por aquel entonces ya aspiraban a su unificación. Ricardo FERNÁNDEZ COLL [Carta personal. Balaguer (Lérida) 9 de febrero de 2007] también sostiene esta teoría y admita haber encontrado pruebas suficientes que demuestras que los asesinos de Cuellar fueron los comunistas, y que por tanto, la represalia contra Juanita Rico fue un error, puesto que ésta no había intervenido en la agresión. Por lo que a mí respecta creo que se trato de una acción en la que participaron juventudes de ambas organizaciones marxistas, los Chiribís, y que Juanita Rico se hallaba entre ellos.”
Este escrito es suficiente, para que intente aquí, aclarar mi postura que concuerda con historiadores diversos, naturalmente ajenos a la ideología falangista.
Los escritores con tendencia falangista, en su gran mayoría, nos comentan la represalia como una acción, tendente a vengar la muerte de Cuellar, en la persona de Juanita Rico como consecuencia de las vejaciones que esta hizo sobre el cadáver de Cuellar. Hay excepciones y algunos sólo lo comentan como represalia, sin mencionar las vejaciones.
El primero que nos habla sobre el desgraciado asunto (ambas muertes, Cuellar y Juanita Rico) fue Ramiro Ledesma, en su libro ya mencionado, esto ocurría a finales del año 1935, pero no menciona a Juanita Rico como autora de las vejaciones y estas son sus palabras:
“Los comunistas asesinaron a pedradas y navajazos a un joven de Falange. En este hecho no corresponde a los comunistas otra condenación que la de haber dado al adversario una muerte tan salvaje.”
Y Francisco Bravo en “Historia de la Falange de las J.O.N.S” “Ediciones FE” 1940 en su página 49 nos explica:
“El domingo 10 de dicho mes de junio, cincuenta falangistas fueron atacados inopinadamente por un grupo más numeroso y armado de “chíribis” comunistas, los cuales dieron muerte sañuda, ensañándose en su cadáver, al camarada Juan Cuellar.
Aquella misma noche se ejercito una sangrienta represalia, posiblemente el mismo agresor, resultando un muerto y dos heridos graves.
Al año siguiente en noviembre se publica el libro de Felipe Ximénez de Sandoval “José Antonio (Biografía apasionada)” y en la página 209 de la I Edición y 207 de la VIII Edición, nos da su versión de los hechos:
“Los cuatro o cinco elementos [el grupo falangista] se vieron rodeados rápidamente por el grupo. Valientemente, los veinte o treinta matones y aprendizas de “tiorras” se abalanzaron sobre ellos. Puñetazos, mordiscos, patadas, navajazos. Sonaron dos tiros. Juan Cuellar cae mal herido. Los otros se baten en retirada para buscar ayuda en los camaradas que andan cerca, desperdigados. Algunos socialistas les persiguen. Entretanto, las enfurecidas hembras rojas se ceban con el caído y enseñan sobre su cuerpo joven y su cara de fresca mocedad el feroz ensañamiento que habían de realizar dos años más tarde con los “paseados” abandonados en las cunetas, en las tapias, en las callejas. Le pisotean, le arrancan el pelo, le machacan el rostro con un cántaro lleno de vinazo, que se mezcla con su sangre; le insultan, bailan satánicamente alrededor de su Cuerpo, y JUANITA RICO orina encima de él.”
Relato espeluznante que recogen con más o menos detalles infinidad de escritores y que el nombre de JUANITA RICO pone en sus escritos como el eje de maldad.
Pasaron veinte años hasta que un escritor americano Stanley G. Payne en el año 1961 en Paris (Francia), publicara el libro “Falange. Historia del fascismo español”, libro verdaderamente interesante, por la cantidad de novedades, que para mí contenía y que me hizo opinar de él en mi primer libro “Replica por Alusiones”:
“El primero de los libros de Payne en el año 1965, abrió las puertas a un sin fin de casos y cosas, que los otros libros leídos por mí sobre el tema, no mencionaban o si lo hacían no concordaba con lo escrito por Payne, su libro, justo es reconocerlo, fue una aportación muy valiosa para la Historia de la Falange, pero una vez impuestos del tema, la Falange y José Antonio, y analizado el contenido del libro, siempre hasta el 17 de julio de 1936, nos encontramos con infinidad de errores y opiniones completamente alejadas de la verdad histórica. En su segundo libro el editado en el año 2003, continuo manteniendo la mayoría de sus equivocaciones, añadiendo alguna otra, fruto quizás de la lectura de algún otro historiador y de su propia creación; Caso Queipo de Llano, pues habiendo leído el libro de Gil Pecharromán, que demuestra documentalmente lo contrario de lo que él afirma, (y sabiendo cosa aprendida por mí, de él) se olvida que al aplicar el método Tucidides “… los recuerdos personales fácilmente se encuentran sujetos a exageración” Y cosa curiosa, lo más importante de la vida de un partido político es su propia legalidad, y, Payne no menciona el juicio más importante de la Historia de la Falange Española y la sentencia del Tribunal Supremo que la confirma, solo comenta someramente los juicios que se siguieron contra José Antonio, pero no se olvida de recordar que “Casares Quiroga declaro en las Cortes que la Falange ilegal era el principal enemigo del gobierno…” (“Falange. Historia…” página 88)
Y en su página 50 comentaba:
“… un coche ocupado por pistoleros falangistas los esperaban. Los pistoleros no estaban seguros de que los jóvenes del autobús tuvieran algo que ver con el asesinato anterior, pero esto carecía de importancia.”
Hay que reconocer la importancia de este escritor-historiador para entender que a partir de entonces la mayoría de los que han escrito sobre el tema José Antonio-Falange, tienen en su referencia su famoso libro y muchos no comentan su opinión sobre el tema, aunque si mencionen la muerte de Cuellar y la posterior de Juanita Rico, pero otros igualmente se hacen eco de esa opinión de Payne, como por ejemplo:
“José Antonio la biografía no autorizada” de Cesar Vidal año 1996 página 118:
“…cuando un grupo de jóvenes socialistas que regresaban de la excursión descendían de un autobús, en un barrio oscuro de Madrid, un coche ocupado por pistoleros falangistas los esperaba. Los pistoleros no estaban seguros de que los jóvenes del autobús tuvieran algo que ver con el asesinato anterior, pero esto carecía de importancia.
Y otros sin escribir directamente sobre la historia de la Falange, también opinan igual que Payne:
Eugenio Vegas Latapie, que su relación con José Antonio y con muchos de los dirigentes falangistas fue intensa, y en su libro “Memorias políticas” página 203 explica sobre la muerte de Juan Cuellar:
“Al conocerse la noticia, se reunieron varios jerarcas de la Falange, entre ellos Juan Antonio Ansaldo, que fue quién me lo refirió, y decidieron tomar represalias. Salió él con algunos otros en un coche y abrieron fuego contra el primer grupo de “chíribis” que se encontraron.”
Y en una obra más reciente, “La Guerra Civil española – mes a mes” del Grupo Editorial S.A. – Biblioteca “El Mundo” del año 2005, Tomo I pagina 117 informa:
“Los falangistas eligen al azar un automóvil que venía de vuelta de aquella concentración socialista y efectúan varios disparos, matando a una joven, Juana Rico, e hiriendo gravísimamente a sus acompañantes.”
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Mi opinión basada en estos antecedentes, que creó suficientes, para opinar que fue un error.
El uniforme:
Pantalón Blanco y camisa roja = Juventudes comunistas
Camisa azul y corbata roja = Juventudes Socialistas
Descripción de los periódicos
Exponemos aquí una pequeña relación de la manera de vestir de los causantes de la muerte de Cuellar y su filiación según los diarios.
“La Vanguardia” día 12 de junio de 1934 página 23
“…un grupo formado por mozalbetes uniformados con pantalón blanco y camisa roja…”
“ABC” día 12 de junio de 1934 página 17
“…una sociedad deportiva vistiendo pantalón blanco y camisa roja…”
“Ahora” 12 de junio de 1934 página 7
“Del suceso hay diversas referencias:
Según unas, en dicho lugar se reúnen todos los domingos un grupo de comunistas. Este es un hecho que parece comprobado, puesto que ya en alguna ocasión la Guardia civil practico algunas detenciones, entre ellas l de un militante comunista, de nacionalidad portuguesa.”
“La Prensa” de Gijón, 12 de junio de 1934, Madrid 11, 24 horas, página 5.
“Pantalón blanco y camisa roja”.
“La Época” 11 de junio de 1934 página 1
“En los montes del Pardo, y en el lugar conocido por Valdemarina, pasaban el domingo varios jóvenes y muchachas, entre otras muchas personas. Al mediodía paso por allí un numeroso grupo que formaban los afiliados a una sociedad deportiva izquierdista, y que van uniformados con camiseta roja y pantalón blanco.”
“Parece ser que al entablarse la colisión entre los elementos comunistas y el grupo de muchachos fascistas,…”
“El Heraldo de Madrid” 11 de junio de 1934 página 2
“Unos jóvenes comunistas que se encontraban de excursión en los terrenos de la Isla fueron agredidos por un grupo de fascistas y sobrevino una colisión en la que hubo un muerto y cuatro heridos”
“La Libertad” 12 de junio de 1934 página 3
En el lugar indicado se encontraban pasando el día una de tantas “peñas” societarias dedicadas a hacer excursiones domingueras.
Estos excursionistas vestían pantalón blanco y camiseta roja.”
“Luz” 11 de junio de 1934 página 1
“Minutos antes de las doce se encontraron en dicho lugar dos grupos de jóvenes. De uno de estos, cuyos individuos vestían pantalón blanco y camisa roja –pertenecientes a una entidad cultural deportiva-, se destaco un muchacho…”
“La Nación” 1 de junio de 1934 página 3
“Hacia las doce, un grupo, formado por numerosos mozalbetes uniformados con pantalón blanco y camiseta roja, se dedicaron a recorrer aquellas inmediaciones, cantando “La Internacionalidad” y profiriendo gritos subversivos al par que ondeaban un guión rojo en actitud provocativa.”
“La Voz” 11 de junio de 1934 página 5
“Un numeroso grupo de las Juventudes Comunistas…”
Y quizás el más importante para conocer la ideología de los atacantes del Pardo. “El Socialista” del 12 de junio de 1934 página 2:
“DOBLE PROVOCACION DE LOS PISTOLEROS FASCISTAS”
“FRACASARON EN SU ATAQUE POR LA MAÑANA A UN GRUPO DE COMUNISTAS Y PARA RESARCIRSE HIEREN GRAVEMENTE A DOS MUCHACHAS Y OTROS TANTOS MUCHACHOS, TRES DE ELLOS AFILIADOS A LAS JUVENTUDES SOCIALISTAS.”
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Y lógicamente también hay otros que:
“El Siglo Futuro” 11 de junio de 1934 página 2.
“En el lugar conocido por Valdemarina. En el monte del Pardo, hallábase ayer a mediodía varios grupos de excursionistas. Uno de ellos como de unos doscientos individuos, pertenecientes a la Juventud Socialista”
“Diario de Barcelona” 11 de junio de 1934.
“…dos grupos de excursionistas, uno de filiación socialista y el otro de Falange Española”
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Los Libros
Infinidad de libros nos podemos encontrar comentando el suceso y no limitaremos a los tres primero que lo comentan, falangistas los tres y autores y a lo escrito por un periodista de la época perteneciente a la C.N.T.:
Ramiro Ledesma, en su libro señalado fue el primero en dar a conocer el hecho en un libro e informa:
“Los comunistas asesinaron a pedradas y a navajazos…”
Francisco Bravo, unos años más tarde en su libro señalado:
“… “chiribis” comunistas…”
Y Ximénez de Sandoval, que como afiliación, nos dice escuetamente “marxistas” y muchos pensaran, marxistas, también eran los socialistas, y es cierto, pero hay que tener en cuenta que Juanita Rico era socialista y es la asesinada.
Y tenemos también el escrito, posterior eso sí pero de un periodista de la época: Eduardo de Guzmán “La segunda República fue así” de Editorial Planeta primera edición febrero de 1977 que informa en su página 257:
“Por la mañana un grupo de falangistas, armados de porras y pistolas, ataca en los montes del pardo a un grupo de comunistas que han ido de excursión. Entre los dos grupos se entabla una breve y violenta lucha a palos pedradas y tiros.” (1)
Nota:
- Eduardo de Guzmán, redactor jefe del diario de la C.N.T, “La Tierra” de Madrid, desde 1930 a 1935, más tarde se incorpora como redactor político al diario “La Libertad” igualmente de Madrid.
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Los Juicios
En los dos juicios, en el de Merry del Val y en el de Cuellar, sale a relucir la afinidad ideológica de los causantes del hecho
Juicio sobre la intervención de Merry del Val
Informe del diario “ABC” día 20 de agosto de 1934 edición de la tarde página 21- 26
Pregunta el fiscal al herido en el atentado Lino Rico
– ¿Qué hizo el día de autos?
– Pase la mañana en la Fuente de los Tunos, del camino del Pardo. No se entero del encuentro entre fascistas y comunistas…”
Juicio sobre la muerte de Cuellar
El diario “Ahora” día 5 de enero de 1935, informa:
“Según el fiscal, del grupo comunista se destacaron los procesados. Marcelino Abicue (sic), Braulio Pérez, Diego Abellán y Constantino Rojo “quienes dirigiéndose a los fascistas en actitud provocativa, les rodearon, entonando canciones alusivas a sus ideas.” (1)
Nota:
(1) Destaca lapertenecían a las Juventudes Comunistas de los tres últimos.
“El Pensamiento Alavés” 4 de enero de 1935 página 1
“Cuatro comunistas acusados de matar a un fascista absueltos”
“La Vanguardia” 5 de enero de 1935 página 25
“en el Pardo entre fascistas y comunistas”
El “Diario de Barcelona” 5 de enero de 1935
“Ocuparon el banquillo:
Santiago Marcelino Lligues, Diego Abellán, Emilio Pérez y Constantino Rojo (los tres últimos pertenecientes a las Juventudes Comunistas)…”
Resumen
Todo lo aportado nos lleva a opinar que el grupo agresor era comunista y la afirmación del periódico “EL Socialista” la consideramos la más importante.
El argumento de que pudieran haber intervenido, individuos, de ambos grupos, no es posible negarlo ni afirmarlo, pues es un hecho no comentado, ni tan siquiera insinuado en ningún relato de la época, pero si comentaremos, que aunque en abril de 1934, se celebró el V Congreso de las Juventudes Socialistas, y sale de Secretario Santiago Carrillo Solares, que es uno de los iniciadores de los contactos con las Juventudes Comunistas, no organizan, ni existe ningún acto en conjunto, hasta el entierro de Juanita Rico sin que ello demuestre una unión y sí solamente, sentimiento o apoyo a una persona afín, pues en los entierros de los caídos falangistas, también acudían los tradicionalistas o los denominados católicos e igualmente por afinidad con el caído.
El primer acto conjunto dedicado a la unión entre la Juventudes Comunistas y Socialistas, se celebro en septiembre de 1934 en el Stadium Metropolitano.
La declaración de Lino Rico, descarta que se encontraran en el lugar de los hechos e igualmente ignora lo acontecido, considero importantísimo está declaración pues los hermanos Rico se encontraban en el paraje denominado Fuente de los Tunos, del camino del Pardo y el hecho acaeció en Valdemarinas a medio kilómetro de la denominada Playa de Madrid.
Pero un camarada de aquella época escribió una serie de interesantes artículos en el Blog. Batiburrillo (1) y en el IV comenta el caso de la muerte de Juanita Rico, como la primera represalia de la Falange.
Dentro de su interesante explicación con profusión de detalles, en lo relacionado con Juanita Rico, informa que se conocía el lugar donde los componentes del “batallón” (Grupo de Juanita Rico) les dejaba el medio de locomoción que les transportaba, y por eso la espera en el lugar de los componentes que iban a ejecutar la represalia. O sea se conocía este detalle ¿Pero quién puede afirmar que ese grupo había sido el causante de la muerte de Cuellar? y en concreto que la mencionada Juanita Rico era la causante de la vejación en Cuellar. Según el camarada Rogelio de la Torre:
“…creo preciso referir aquello de lo que tuve conocimiento: los compañeros de Cuellar informaron que Juanita Rico se había orinado sobre el cuerpo agonizante de Juan…”
La información le viene de otras fuentes, no presencio el incidente, y se entero después de todo lo que había pasado, incluida la represalia, de donde saco la información era la cierta o una justificación, pero hay más, tres camaradas resultaron heridos en esa ocasión y fueron los que se encontraban con Cuellar, pues el resto que menciona y que fueron detenidos, eran los que acudieron al ruido de la pelea, los heridos fueron:
José Costas Castro, Manuel Arredondo Lorda y Manuel Roldan Vallejo.
Y según el camarada Rogelio: “De los tres falangistas restantes, dos se trasladaron inmediatamente a Madrid y el otro quedó emboscado entre los árboles de El Pardo, en observación.”
Pero resulta que los heridos fueron atendidos y pasaron a su domicilio y uno de ellos, Manuel Roldan Vallejo, dada la gravedad de sus heridas paso al Hospital Provincial, por lo cual los que se trasladaron a dar el aviso serían los que acudieron en el último momento. Y no creó que entre tantísimas gentes como había en aquel lugar, pues el grupo de comunistas era muy numeroso, pudiesen saberse a ciencia cierta quién había vejado al desgraciado Cuellar, al menos en aquellos momentos, Pues hemos de recordar también que fueron detenidos cuatro personas, una mayor, comunista, y las otras tres afiliadas a las Juventudes Comunistas y ninguna de Juventudes Socialistas.
Javier Jato Miranda, en su libro ya mencionado “La Rebelión de los Estudiantes” en su página 108, nos explica que José Costa:
“…herido, presencio impotente cómo se profanaba el cadáver de su camarada y amigo. [Sigue y nótese punto y seguido, señal que indica que no es aclaración de Costa] Juanita Rico de la Juventud Socialista, llegó a orinar encima de la víctima.”
Este libro fue escrito en el año 1953 la 1ª Edición.
Por lo expuesto mi opinión es que se desconocía a los que integraban el grupo agresor, pero si se sabía que eran marxistas y la represalia, para mi equivocada, se realizo sobre el “enemigo”, un grupo de esa entidad sin precisar si habían intervenido o no.
Nota:
- http://batiburrillo.redliberal.com/009909.html y “Contribución a la “Memoria Histórica”: Juanita Rico http://batiburrillo.redliberal.com/009554.html
¿INTERVINO MERRY DEL VAL EN EL ASESINATO DE JUANITA RICO?
Existe un hecho real y cierto, se celebro un juicio y resulto absuelto, podría bastarnos para certificar su ausencia en este desgraciado caso. Pero hay comentarios posteriores en que se certifica sino su presencia física, si la presencia de su coche en el incidente.
Indudablemente el primero que nos vincula, el hecho aparte del juicio, en un libro a Merry del Val en el asesinato, es David Jato Miranda, en su libro “La rebelión de los estudiantes”, edición de 1953 página 109, pues informa:
“Se trataba de castigar precisamente a los actores de la muerte de Cuellar a su regreso a la ciudad. La empresa no era sencilla, pues volvían en grandes grupos y las calles se encontraban repletas de guardias. Desde un coche de Merry del Val y por la calle de Eloy Gonzalo, es tiroteado el grupo asesino…”
Esta nota da lugar a que en el famoso libro de Payne, “Falange. Historia del fascismo español” del que no cabe ninguna duda que es uno de los libros más consultados para todos los que escriben sobre el tema, al explicarnos el caso en su página 50 edición de 1965, nota [1], añade la duda, sobre Merry o su coche:
[1] “…Para cometer el atentado, los pistoleros habían utilizado el coche del joven Alfonsito Merry del Val, un “señorito” perteneciente a una conocida familia vinculada al cuerpo diplomático. Aunque el automóvil fue reconocido, nada pudo probarse en el juicio y Merry del Val fue absuelto. Su culpabilidad ha sido reconocida por Jato, pág. 109”
Esta misma versión la recoge idéntica, cambiando solamente el final Cesar Vidal en su “libro” “José Antonio la biografía no autorizada” Editorial Anaya, año 1996 página 118:
“…fue absuelto, aunque su culpabilidad ha sido reconocida posteriormente incluso por autores falangistas [133]”
[133] Jato, p. 109 (copia sin más de Jato)
Otros que le relacionan y toman cómo apunte el dato de Payne: Gabriel Jacksón, en su libro “La República y la Guerra Civil” Edición de 1984 página 134; Carlos de Arce “José Antonio Biografía” Editorial ATE en sus páginas 231-232, recoge igualmente los datos; sin especificar bibliografía de su apunte Eduardo de Guzmán en “La segunda República fue así” de editorial Planeta 1977, etc.
Comentario
Fue absuelto, debería bastarnos, pero el que un superviviente de aquella época, David Jato informe “…desde un coche de Merry del Val…”es suficiente para que la mayoría de los escritores lo den por cierto.
Los únicos que podían confirmas o desmentir el hecho, ya no pueden hacerlo y sólo he podido recoger, lo que nos dice Eugenio Vegas Latapie en su libro “Memorias Políticas” páginas 202-203, nos confirma que Merry del Val, era un gran amigo de Juan Antonio Ansaldo, pero:
“Carezco de elementos de juicio para afirmar o negar la participación de Alfonso Merry, puesto que Juan Antonio Ansaldo nunca que me dijo quienes le acompañaron; pudo ser cierta su versión; pudo prestar el automóvil o pudo intervenir personalmente.”
No se puede confirma ni una cosa ni la otra, sencillamente consideraremos siempre que se le juzgo y se le absolvió.
LA INCOGNITA DE MUJER O MUJERES QUE SE ENCONTRABAN
EN EL COCHE
En el informe que la Dirección General de Seguridad dio a la prensa (1), consta la siguiente nota:
“…creyéndose asimismo que una señora que se hallaba en el auto disparo también.”
Noticia escueta de la que no se volverá a hablar, hasta el día del juicio, cuando la señora Concepción Septiem (2) declara a preguntas de la defensa:
“Al fondo, dos señoras, y un hombre delante. Y otro en medio.”
Preguntada igualmente sobre el número de personas que ocupaban el coche, la señora dice cinco (Ángel Lino, dice seis), entre ellos dos señoras, también dice a pregunta del fiscal “La luz que había en el lugar del suceso ¿le permitió ver la escena completamente? A lo que contesta “Vi la parte delantera del coche, pero no vi lo que pasaba en la parte trasera”
No existe ningún otro testigo que confirme el dato de las señoras, y la misma declaración de Concepción, es bastante confusa en los detalles. Y poco apreciaron este dato los periódicos que publicaron los detalles del juicio, pues no comentaron nada sobre las señoras.
Pasaron casi dos años cuando en el debate el 16 de junio de 1936 en el Congreso de los Diputados, sobre el “Estado subversivo que vive España” toma la palabra Dolores Ibarruri “La Pasionaria” y dentro de su intervención pronuncia la siguiente frase:
“Y todos estos actos que en España se realizaban durante la etapa que certeramente se ha denominado del “bienio negro” se llevaban a cabo Sr. Gil Robles, no solo apoyándose en la fuerza pública, en el aparato coercitivo del Estado, sino buscando en los bajos estratos, en los bajos fondos que toda sociedad capitalista tiene en su seno, hombres desplazados, cruz del proletariado, a los que dándoles facilidades para la vida, entregándoles una pistola y la inmunidad para poder matar, asesinaban a los trabajadores que se distinguían en la lucha y también hombres de izquierda: Canales, socialista; Joaquín de Grado, Juanita Rico, Manuel Andrés y tantos otros cayeron víctimas de estas hordas de pistoleros, dirigidas, Sr. Calvo Sotelo, por una señorita, cuyo nombre, al pronunciarlo, causa odio a los trabajadores españoles por lo que ha significado de ruina y de vergüenza para España…”
Sus palabras son contestadas por Calvo Sotelo, pues aún que no ha pronunciado ningún nombre su alusión es bien clara, refiriéndose a Pilar Primo de Rivera:
“Antes de recoger, aunque brevísimamente, algunas directísimas alusiones y palabras del Sr. Presidente del Consejo de Ministros, quiero replicar a las que la señora Ibarruri dedicó a cierta señorita de ciertos apellidos. Estos no han sonado en el hemiciclo, pero era tan clara y transparente la alusión que todos hemos entendido perfectamente que la Sra. Ibarruri se dirigía…
El Sr. Presidente: Sr. Calvo Sotelo, no ponga S.S. nombres donde no se han puesto antes.
El Sr. Calvo Sotelo: Pero, Sr. Presidente…
El Sr. Presidente: Haga S.S. las alusiones en la misma forma en que las ha escuchado, pero no ponga nombres donde no se han pronunciado.
El Sr. Calvo Sotelo:
Tan clara y tan transparente es la alusión que, efectivamente no es preciso poner nombres y apellidos, porque todos los hemos percibido con claridad.
En aras de un deber de caballerosidad he de decir que esa señorita no acaudilla ninguna de las organizaciones de tipo delincuente… (La Sra. Ibarruri: El famoso coche con los impactos, desde el que se asesino a Juanita Rico, es un testigo de mayor excepción.) Y, en segundo lugar, me permito indicar que los apellidos del padre de esta señorita no pueden suscitar el menor rescoldo de odio ni pasión en ningún buen español, porque fue él quien pacificó Marruecos…”
Los periódicos incluyen la reseña de la Sesión, pero no se comenta la falsedad vertida por Dolores Ibarruri que cómo buena comunista siguió la táctica de “Calumnia, que algo queda”
Dentro de las palabras de “La Pasionaria” incluye a Joaquín de Grado del cual comentamos en el Tema XXIX
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Muerte de Jesús Hernández Rodríguez Y “Falange de la Sangre”

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Error en la explicación de la muerte de Jesús Hernández y confusión en la página de “La Nación” señalada por el historiador. Página 262 del libro y nota [591]
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Error en la aplicación de la palabra “Falange de la Sangre” e invento del historiador sobre la definición de la palabra “currito”. Página 264 y nota [594]
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Página 262. “En un intento de retomar la iniciativa, José Manuel Fanjul Sedeño se dedicó en ese mes a la reorganización de las milicias universitarias, incrementando las acciones violentas: el día 25, una escuadra del SEU encabezada por Agustín Aznar recibió la confidencia de la existencia de un supuesto depósito de armas en el local que la FUE disponía en la Facultad de Derecho de la Universidad Central. Como en el asalto subsiguiente no se encontró el arsenal, otros activistas acudieron a la Casa del Pueblo de la calle Augusto Figueroa, donde se señalaba la existencia de otro alijo. Allí fueron reconocidos por unos afiliados a la CNT, y en el intercambio de disparos el sindicalista Miguel García Guerra mató al estudiante de Bachillerato Jesús Hernández Rodríguez, de 15 años pero con apariencia de mayor edad y portador de un arma de fuego” [591].
[591] La Nación, 24-III-1934, p. 13 y 27-III-1934, p. 13. Según algunas fuentes, Jesús Hernández, agonizante, cantó el himno de combate jonsista que habla de una «muerte española»
Comentario
Aun que el señor historiador no nos pone referencia, el libro de David Jato, “La rebelión de los estudiantes” edición 1953 página 93-94, nos habla del caso y efectivamente no encontraron las armas que se suponía estaban en ese local y fue tan importante este “asalto” que escasamente dos periódicos lo mencionan: “El Día de Palencia” 24/3/1934 página 4 y “La Constancia” 25/3/1934 página 3.
En cambio el segundo caso la muerte del estudiante Jesús Hernández, no tiene nada que ver con los asaltos, ni tan siquiera existió un supuesto asalto a la Casa del Pueblo
No es cierto que hubiese intercambio de disparos.
El que se entretenga en leer “La Nación” referencia que nos da el historiador, debe buscar en primer lugar la página 25, del día 24, pues la 13 no menciona el caso. Es correcta la del día 27.
La información es amplia y para los que sigan las notas de Gonzalo Calleja, pueden leer, las referencias que anotamos del propio historiador y verán la ¿veracidad de su relato?
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Error en la aplicación de la palabra “Falange de la Sangre” e invento del historiador sobre la definición de la palabra “currito”
Página 264. “En medio de estas contradicciones, el partido desarrollaba poco a poco las escuadras de acción directa o «servicios especiales», llamadas líricamente «Falange de la Sangre», de forma más prosaica «Curritos de Groizard y Ansaldo” [594]»
[594] Ansaldo, 1951: 77. Según la opinión popular, adoptaron este nombre por su costumbre de agredir y salir huyendo.
Comentario:
En esta página nos habla sobre cosas ocurridas lo más tarde en mayo de 1934.
Y una vez más el señor historiador comenta la historia y no se preocupa del origen de la palabra, si lo hiciera vería que el primer escrito en que se menciona a la “Falange de la Sangre”, es en el libro de Ramiro Ledesma “¿Fascismo en España? en noviembre de 1935, y es a partir de entonces cuando se conoce ese nombre, que Ansaldo comenta en el año 1951 y que verdaderamente no existía anteriormente a esa fecha en ningún documento o escrito, por lo cual se puede considerar inédito en noviembre de 1935. En cuanto a la opinión popular “currito” que menciona Ansaldo en su página 77, no tiene nada que ver con la opinión personal del historiador, que inventa esa frase: “…adoptaron este nombre por su costumbre de agredir y salir huyendo.”
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Origen: Juan Antonio Ansaldo vejarano – La verdad ni teme ni ofende