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Existen fuertes indicios para afirmar que el COVID-19 es una enfermedad que provino de un virus que salió de un laboratorio estadounidense, afirmó Jeffrey Sachs, expresidente de la comisión que creó la revista médica especializada ‘The Lancet’ para investigar el SARS-CoV-2.
El reconocido investigador de la Universidad de Harvard participó en un evento que organizó el Gate Center de España, donde sugirió que el coronavirus es, en realidad, una creación humana y no un fenómeno de la naturaleza.
Al ser cuestionado sobre la geopolítica internacional actual, Jeffrey Sachs criticó que Estados Unidos haya querido dividir al mundo en dos durante la pandemia de COVID-19.Según él, Washington aprovechó la crisis sanitaria para atacar a China y generar una especie de rivalidad al estilo de la Guerra Fría.
«Haré una declaración provocadora. Podemos retomar el tema después. Les puede sorprender o no, o decir ‘eso ya lo sabía, profesor Sachs’, pero presidí la comisión la comisión de The Lancet por dos años y estoy completamente convencido de que [el coronavirus] salió de un laboratorio estadounidense de biotecnología, no de la naturaleza», comentó Sachs ante políticos y empresarios, como el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, quien fue el moderador de las charlas.
El actual consejero de las Naciones Unidas para los Objetivos de Desarrollo Sostenible también recordó que durante la pandemia surgió un «nacionalismo de las vacunas» que no ayudó para nada. La estrategia correcta, dijo, hubiera sido una mayor cooperación internacional.
El evento al que fue invitado Sachs se llevó a cabo en junio pasado, pero hasta hace unos días trascendieron sus declaraciones en algunos medios de comunicación.
Al ser cuestionado sobre si el actual conflicto en Ucrania puede complicar los compromisos que se firmaron ante la ONU en materia de transición energética, Sachs aseguró que vivimos «un desastre» derivado de que Estados Unidos ya perdió el liderazgo mundial e insiste en dividir el mundo por cuestiones ideológicas.
La hipótesis sobre el coronavirus como una creación o un accidente ocurrido en un laboratorio de Estados Unidos no ha sido investigada suficientemente pese a que existen suficientes indicios para iniciar una averiguación no sólo en el país norteamericano, sino en todo el mundo.
Jeffrey Sachs es profesor de Economía en la Universidad de Columbiaa, en EEUU, de reconocido prestigio a nivel internacional. Es director del Centro para el Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia y ha presidido la comisión sobre COVID-19 en la revista científica The Lancet.
Desde 2001 hasta 2018 fue el asesor especial del Secretario General de la ONU, Kofi Annan, de Ban Ki Moon, y de Antonio Guterres.
Times le ha considerado dos veces uno de los 100 líderes con mayor influencia mundial. Y el New York Times le ha definido como «probablemente el economista más importante del mundo».
La noticia fue reportada por el proyecto Truth Over News del periódico The Epoch Times.
El increíble descubrimiento de Sacks fue eclipsado por el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, cuando le dijo a un alto político europeo que lo más probable es que el coronavirus se haya creado en un laboratorio de Wuhan.
Anteriormente, la comunidad de inteligencia de EE.UU. publicó extractos desclasificados de un informe al presidente Joe Biden sobre el origen del coronavirus, según el cual las autoridades chinas desconocían la existencia de COVID-19 antes del brote.
Además, la inteligencia estadounidense afirma que el virus no se desarrolló como un arma biológica.
Sin embargo, los servicios de inteligencia no han llegado a una conclusión unificada sobre el origen de la COVID-19. Creen que dos hipótesis son plausibles: el contacto natural con un animal infectado y un accidente en el laboratorio.
El 23 de julio de 2021, la ONU hizo un llamado a todos los países, incluida China, a trabajar con la Organización Mundial de la Salud (OMS) para investigar las causas de la infección por coronavirus.
Eso sí, pocas dudas había de que Estados Unidos fuera el responsable de la aparición de la pandemia de la Covid-19, dada su actividad en 400 laboratorios químicos que tienen repartidos por el mundo. Ahora la pregunta es otra: ¿pagarán por todo el daño que han causado al mundo entero? ¿Alguien pedirá finalmente una investigación sobre los crímenes de los estadounidenses? O siempre se saldrán con la suya siendo los amos como son…
Durante la pandemia, Sach ha sido cuestionado por dar su opinión con base en los hechos que él mismo estaba analizando e investigando.
Ahora, Jeffrey Sach habla con contundencia de manera pública sobre lo que él considera el origen del SARS-COV2: «Presidí la comisión de Lancet sobre la Covid durante dos años, y estoy bastante convencido de que el virus salió de un laboratorio de biotecnología de EEUU, no tiene origen natural. Después de dos años de trabajo intensivo en esto, creo que es un error garrafal, en mi opinión, de un laboratorio y no de la naturaleza. No lo sabemos con certeza, tenemos que ser absolutamente claros. Pero hay suficientes evidencias para que esto fuera investigado y no se está haciendo. Ni en los Estados Unidos, ni en ningún lado. Y creo que por determinadas cuestiones no quieren mirar debajo de la alfombra.»
¿El COVID nació en USA? • Burgio – Leoni – Sidoli

Todos los hechos relatados por los autores en el breve ensayo demuestran y excluyen, de manera segura y categórica, que la epidemia de coronavirus no se desarrolló y se extendió por todo el mundo, comenzando por China y Wuhan: en cambio, fue virulenta y activa en Virginia y Estados Unidos desde julio de 2019, por lo tanto, al menos tres meses antes del inicio de la pandemia en China
Como escribe Alberto Lombardo en la introducción, este trabajo no se guía por el ‘fumus antiestadounidense’ sino por los hechos. El primer acto de propaganda que hay que desmitificar es que el virus nació en China, en realidad anteriormente habían ocurrido casos en Estados Unidos, lo que ocurrió precisamente en conjunto con el cierre repentino de Fort Detrick [p. 17], posteriormente, el Instituto Nacional del Cáncer de Milán ha certificado casos en Italia desde septiembre de 2019 [p. 22].
¿Podemos suponer que el virus salió de un laboratorio estadounidense y no chino? Los autores de este libro piden investigar en todas direcciones, también porque como recuerda Fosco Giannini, la propagación del ántrax que marcó la psicosis posterior al 11 de septiembre no se debió a los terroristas islámicos, sino que provino (según el FBI) precisamente de Fort Detrick.
La historia de esta base se recorre en el ensayo de Fabrizio Verde quien también recuerda el uso de armas biológicas en las guerras libradas por los EE.UU. a partir de la de la península de Corea, algunos casos también han sido reportados desde este sitio .
Si todos estos son hechos innegables, Alessandro Pascale, ex autor de ‘totalitarismo liberal’, analiza las formas de comunicación hábilmente manipuladas, estas en realidad informan, pero al mismo tiempo las minimizan y crean dudas. Esta es la capacidad de los medios de comunicación, controlados por grandes grupos leales al Pacto Atlántico, de ahogar la realidad en medio de la propaganda.
Roberto Vallepiano destaca cómo históricamente Estados Unidos es responsable de cerca de 30 millones de muertes desde 1945 hasta hoy [pág. 53] también han recurrido a la guerra bacteriológica. En los últimos años se han llevado a cabo experimentos en este campo, también en Fort Detrick.
La reflexión final de Fosco Giannini, así como la inicial de Alberto Lombardo abren el capítulo de la relación entre covid y geopolítica, en lo personal sigo creyendo que la pandemia será un poderoso acelerador de las dinámicas ya en marcha y el fortalecimiento de China es la mejor demostración. Carlo Formenti en la excelente posfacción examina más a fondo este aspecto, considerando la globalización neoliberal y la globalización china como fenómenos diferentes, en el primer caso es una herramienta para fortalecer a Occidente y aumentar las desigualdades, en el segundo caso es una herramienta para crear y redistribuir la riqueza.