«Nunca olvidaré» – periodista francesa

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Traemos al blog esta denuncia sangrante de una periodista sincera y honesta, no vendida a quien le paga la publicidad al medio de prensa donde publica, y se siente comprometida con su código de ontológico y la honestidad que su profesión la exige, gracias a la cual se habían salvado muchas vidas que hoy ya están perdidas. Las similitudes con España no necesitan Ser resaltadas, saltan a la vista.

Durísimo texto de una periodista francesa…

-Nunca olvidaré a la policía rastreando a la gente en los bosques o en las playas desiertas durante los encierros.

-Nunca olvidaré el «no llame a su médico, quédese en casa, tome Doliprane», prohibiendo cualquier atención temprana, eficaz y barata.

-Nunca olvidaré las máscaras a veces inútiles, a veces obligatorias, incluso al aire libre, bajo pena de multa, impuestas incluso en las escuelas durante el «tiempo de recreo».

-Nunca olvidaré el borrado de los rostros

-Nunca olvidaré los certificados de honor que puede comprobar la policía, justificando y definiendo nuestras salidas limitadas a unos pocos motivos.

-Nunca olvidaré la exageración de las muertes calificadas como «covid».

-Nunca olvidaré la multa de 135 euros por no tener un certificado o caminar solo por el bosque para respirar sin máscara.

-Nunca olvidaré las denuncias de los vecinos a la policía.

-Nunca olvidaré a nuestros ancianos de EHPAD a los que se les prohibió la entrada en los hospitales y se les «acabó» con el Rivotril.

-Nunca olvidaré un anuncio audiovisual para incitar a los abuelos a cambiar de habitación durante la cena de Navidad.

-Nunca olvidaré un vídeo del gobierno en el que se ve a una abuela con respiración asistida tras ser abordada por su nieta.

-Nunca olvidaré la prohibición de tratamientos potenciales y baratos.

-Nunca olvidaré la prohibición de prescribir estos tratamientos.

-Nunca olvidaré al Dr. Michel Cymes, en la cueva antivacunas: «Que se miren al espejo y digan, sí, hoy puedo matar gente».

-Nunca olvidaré: «Te vacunarán a la fuerza. Haré que dos policías te lleven al centro de vacunación. Emmanuel Lechypre, periodista.

-Nunca olvidaré: «Los deberes están antes que los derechos.

-Emmanuel Macron nunca lo olvidaré: «Un irresponsable ya no es un ciudadano».

-Emmanuel Macron; Nunca olvidaré el celoso control de este paso por parte de nuestros congéneres necesitados de autoridad o superioridad.

-Nunca olvidaré la prohibición de entrar en los hospitales a los pacientes en tratamiento que no tengan un pase

-Nunca olvidaré: «Injertar a una persona no vacunada es un desperdicio de órgano. Patrick Evrard, director del centro de trasplantes de Mont-Godinne, en Namur.

-Nunca olvidaré a Michel Onfray comparando a los no vacunados con «escoria, contaminadores conscientes de tener sida o violadores de niñas».

-Nunca olvidaré: «Hagamos que los no vacunados paguen el ingreso en la unidad de cuidados intensivos». Charles Consigny, columnista

-Nunca olvidaré la vacunación obligatoria, a partir del 15 de septiembre de 2021, de cuidadores, bomberos y soldados, haciendo que los que se nieguen a vacunarse queden «suspendidos».

-Nunca olvidaré a los cuidadores que fueron aplaudidos y luego suspendidos, sin recursos ni indemnizaciones, ya que también fueron privados de sus puestos de trabajo.

-Nunca olvidaré la pasividad, el letargo y la aceptación de la gente

-Nunca olvidaré: «Bueno, a los no vacunados, realmente quiero cabrearlos. No voy a meterlos en la cárcel, no voy a vacunarlos a la fuerza. Y así, tenemos que decirles: a partir del 15 de enero de 2022, ya no podrán ir al restaurante, ya no podrán coger una pistola, ya no podrán ir a tomar un café, ya no podrán ir al teatro, ya no podrán ir al cine…» Emmanuel Macron.

-Nunca olvidaré la fábrica de sub-ciudadanos en nuestra República.

-Nunca olvidaré el maltrato a los niños a través de la multiplicación de pruebas invasivas y dolorosas de nariz y garganta impuestas por el gobierno

-Nunca olvidaré la cantidad y variedad de efectos secundarios asociados a esta vacunación, no siempre reconocidos o incluso silenciados por nuestros medios de comunicación y autoridades públicas.

-Nunca olvidaré la angustia y la soledad de las víctimas de estos efectos, a veces irreversibles.

-Nunca olvidaré las muertes por estos efectos secundarios, que se cuentan por decenas de miles sólo en la Unión Europea.

3 comentarios en “«Nunca olvidaré» – periodista francesa

  1. Homo homini lupus

    Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro. Y aún conociéndolo, yo añadiría.

    La cita originaria de Plauto, fue popularizada por Thomas Hobbes, filósofo inglés del siglo XVII, Hobbes da por básico el egoísmo en el comportamiento humano, de lo cual se deducen los más bajos
    instintos. La envidia, y la avaricia, como consecuencia, la ira viene después. Mientras, la lujuria y la gula, para mejor sobrellevar el valle de lágrimas, en el que nos hallamos inmersos.

    La especie humana es única en el reino animal. Somos la especie más peligrosa del mundo no porque tengamos los dientes más grandes, las garras más afiladas, los aguijones más venenosos o la piel más gruesa, sino porque sabemos cómo proveernos de armas e instrumentos mortíferos que cumplen la función de dientes, garras, aguijones y piel con más eficacia que cualquier simple mecanismo anatómico.

    El ser humano provoca, dirige, hace, tolera y permite la guerra, participa como soldado y 
    mercenario, produce armas y obtiene enormes beneficios de la industria armamentística. 

    Mata, viola, roba y expolia

    El ser humano practica el exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivos de etnia, raza o religión.

    El terrorismo es usado por partidos políticos, nacionalistas y no nacionalistas, de derechas y de izquierdas, por grupos religiosos, racistas, 
    colonialistas, independentistas, revolucionarios, conservadores, 
    ecologistas y también por gobiernos que están en el poder.

    Las personas que están y han estado en el Gobierno de una nación (Presidentes, Jefes de Estado, Primeros Ministros, Reyes, Líderes religiosos), amparándose en la Razón de Estado han utilizado y utilizan métodos ilegítimos, contrarios al Estado de Derecho para inducir el miedo en la población y conseguir el control social y así alcanzar sus objetivos sociales, políticos o militares. Han usado la coacción, el secuestro, la tortura, el asesinato o ejecución extrajudicial, las desapariciones, utilizando recursos policiales, 
    militares y paramilitares para conseguir el control interno del país; han creado organizaciones terroristas clandestinas y utilizado sus servicios secretos para perjudicar a otros países y provocar cambios de gobierno, golpes de estado y guerras.

    El ser humano es capaz de someter a otros individuos a esclavitud, ejercer el tráfico ilegal de personas, la trata de personas tanto de edad adulta (prostitución forzada), como de niños (prostitución infantil).

    El ser humano es capaz de ejercer el abuso sexual infantil, la violencia doméstico, el asesinato, el infanticidio y el feminicidio, tanto dentro de la familia como fuera de ella. En ocasiones el ser humano es, racista, clasista y 
    elitista y ejerce la violencia simbólica en el ejercicio del poder, en cualquiera de sus ámbitos.

    Homo homini lupus, sentenciaba Plauto.

    No hay Dios, Dios ha muerto, que preconizaba Nietzsche, si existiera nada de lo que pasa sucedería. Sodoma y Gomorra, están más corruptas que nunca, en su más pleno auge. No hay valores, tampoco tradiciones, por tanto la cultura y la educación extintas, se masacra a la familia, aberraciones sin sentido en una constante, sin solución de continuidad, se producen. No hay moral, tampoco conciencia. Es el imperio de la mendacidad, y de la inmoralidad sistemática.

    No soy ni afirmacionista, ni negacionista, simplemente soy realista. Mi experiencia de una vida ya larga, lo corrobora. 

    Que solo exista una opinión, acrecienta mis sospechas y mi malestar. Si opinas contrario, eres un negacionista. Si no te vacunas, eres en potencia, objeto de exterminio. Si crees en Dios, se ríen de ti. Si tienes una familia normal, con hijos y sin tatuajes, te miran mal, si dices algo que manifieste amor por tú  patria, te insultan, o te relegan al ostracismo. Si pones el grito en el cielo, cuando pretenden la educación sexual a niños de 3 años, te tachan de carca y retrogado.

    Desolado y profundamente deseperanzado me siento.

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